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La apuesta por lo nuevo

  • Un jurado profesional ha seleccionado las obras de diversas disciplinas de esta muestra, expuesta en el Crucero Bajo del Hospital Real

Un ejemplo más de los acertados planteamientos en favor de los alumnos -los que son o han sido recientemente- universitarios es este que el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UGR, a través de La Madraza, Centro de Cultura Contemporánea, lleva a cabo mediante los Premios Alonso Cano a la creación artística para estudiantes demlas Universidades españolas. Loable iniciativa si se tiene en cuenta que, desde unos años para acá, la concursística, una de las pocas vías que los artistas tenían para difundir y canalizar sus trabajos, no pasaba por su momento más trascendente. La descarnada crisis económica y las actuaciones y desenlaces de certámenes poco solventes hicieron que los Premios artísticos hayan tenido un manifiesto y acusado bajón. Es, por tanto, una iniciativa tremendamente valorada por los jóvenes y por toda la profesión implicados en la creación artística que ven, no sólo en el premio, sino también en la selección, un aldabonazo para su iniciática carrera.

Un jurado informado, profesional, llegado desde todos los sectores de la creación artística -pintura, escultura, arquitectura, fotografía, diseño cómic y nuevas tecnologías de la imagen-, ha sido convocado para valorar las obras presentadas y seleccionar las obras y conceder los premios que luego, han configurado esta muestra, expuesta en el Crucero Bajo del Hospital Real granadino.

Los nuevos artistas disponen con los premios de un camino para dar a conocer su obra

En líneas generales se observan todos los argumentos que intervienen en la actual realidad artística, con todos esos esquemas de variadísima naturaleza que caracteriza un Arte donde casi todo tiene cabida. No obstante, se nota que es la escultura la faceta que ofrece una menor dimensión, con obras de muy relativa entidad y que manifiestan bastante poco. De las esculturas seleccionadas destaco: Before Bennu de Timsam Harding y, por su particularidad, Habitáculo recordado de Carmen Martínez Segovia.

Por el contrario, la pintura desarrolla un espíritu de mucha más determinación, con obras significativas que abarcan todo el estamento creativo. Muy interesantes las piezas Vivisección de Iván Melguizo Medina, Pink Nightmare de Viktoria Nianiou, Hogares de Dennis Eckhardt Romero, Fake de Adrián Robaina, El sueño de García Lorca de María de los Ángeles Jiménez Roldán, así como el premio, Futuro Líquido II de María Dolores Gallego.

Entre estos dos polos se encuentran los proyectos, bastantes ajustados, de la arquitectura, el cómic, la fotografía, el diseño y los postulados de la imagen a través de los nuevos estamentos tecnológicos.

Hay que hacer constar el buen planteamiento expositivo llevado a cabo por el Equipo de Montaje del Hospital Real; sabiendo yuxtaponer las numerosas obras de los distintos capítulos al determinante espacio del Crucero; ofreciéndose un diseño museográfico riguroso y muy adaptado a la complejidad del conjunto presentado.

Para terminar hacer constancia de los Premios concedidos: En Arquitectura: Rojo de cadmio nunca muere, de Elena Morales Muñoz y Antonio Gil Martín; en Cómic: Asalto en el wok Jian de Miguel Pérez García; en Escultura: De usar y tirar s.o.s. de Jesús Gómez Molino; en Fotografía: Amelia de María Amelia Puentes Gallego; En Nuevas Tecnologías de la Imagen: Tostada negra sobre fondo blanco de María Varela Mosteiro; en Pintura: la ya citada Futuro líquido II de María Dolores Gallego.

Estamos, pues, ante unos Premios absolutamente necesarios. Los nuevos artistas disponen con ellos de un camino para dar a conocer su obra. Y eso es importante.

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