RAFAELA CARRASCO. directora del ballet flamenco de andalucía

"Más que una artista principal, una compañía pública debe tener otros valores"

  • Un tributo al Concurso de Cante Jondo inspira el espectáculo con el que la artista y directora debuta al frente del BFA Tras su estreno en Córdoba, la obra comienza a girar

El Ballet Flamenco de Andalucía acaba de estrenar el espectáculo En la Memoria del Cante. 1922, inspirado en el Concurso de Cante Jondo de Granada y que llegará al auditorio del Generalife los meses de julio y agosto. Tras el éxito de crítica y público cosechado en su reciente estreno en Córdoba, Rafaela Carrasco, la responsable de la compañía andaluza, dirige un cuerpo de baile de ocho bailarines (tres de ellos solistas) y cuatro músicos, con la escenografía de su colaboradora habitual, Gloria Montesinos, y con diseño de vestuario de Blanco y Belmonte.

-¿Cómo lleva al escenario aquel concurso de 1922 que supuso una inflexión a la hora de considerar el flamenco como arte mayor?

-Colocamos sobre el escenario aquella noche en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra. Lo que hacemos es crear ese espacio y esa noche del primer Concurso de Cante Jondo de una forma muy conceptual y muy actual.

-¿Cómo surgió la idea de homenajear a este primer certamen de ámbito nacional del cante?

-Esa información está ahí, es historia y forma parte del pasado y del flamenco. Se trata de un espectáculo de un formato grande y que, por lo tanto, una compañía privada no puede llevar a cabo de la misma forma. Tener la posibilidad de contar con una infraestructura, bailarines y un equipo ayuda mucho a la hora de poder acometer un espectáculo de este tipo. En concreto, este homenaje forma parte de nuestra historia, de la historia del cante y del flamenco, y yo creo que es un evento que quizás se ha quedado apartado. Yo quería destacarlo y ponerlo en valor.

-¿Es complicado casar el flamenco de entonces con el actual y conectarlo con el espectador del siglo XXI?

-Quizás lo más complicado de conseguir es llegar a ese equilibrio entre 1922 y 2014. Respetamos lo que allí sucedió y lo hemos trabajado de una forma romántica y muy respetuosa. Lo que hacemos es rescatar a esos personajes que estuvieron allí aquella noche: artistas de la talla de La Niña de los Peines, de Ramón Montoya, La Macarrona o Chacón. Son unos personajes que han quedado en la historia del cante y la historia del baile, y los ponemos en la escena de manera actual en las coreografías, pero sin perder el espíritu y la esencia de sus cantes y estilos personales.

-¿Cómo vivió el estreno del espectáculo en Córdoba?

-Tuvo lugar hace unos dos semanas y la acogida fue fantástica. Además estuvo muy bien de público.

-¿Qué supone esta obra en su carrera?

-Es otro pasito, otro escalón más. Son muchos años de profesión y, además, empecé en este ballet, que hace 20 años, al fundarse, era la Compañía Andaluza de Danza, con la dirección de Mario Maya. Y volver después de 20 años con un bagaje y experiencia personal y poder ponerlo al servicio del ballet flamenco es un lujo para mí y una gran responsabilidad.

-¿En qué papel le verá el público en esta obra?

-Yo salgo al final homenajeando a La Macarrona. No soy la estrella principal de la obra. Es un espectáculo de ballet, de compañía, y en el mismo todos los participantes son importantes, desde el primero hasta el último, porque cada uno de ellos está trabajado de una forma personal. No es una compañía en la que todo el mundo hace lo mismo y todo el mundo está en segundo plano. Aquí tiene importancia desde el primero hasta el último y yo pongo mi grano de arena y participo de una forma equitativa con todos. No soy más. Creo que una compañía pública debe tener otros valores más que una artista principal.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios