El Don Juan español desde los ojos de un británico. El director de escena Dan Jemmett da una vuelta de tuerca a un mito de la literatura y se atreve a tomar prestado el texto de Tirso de Molina para dar vida al personaje El burlador de Sevilla o el convidado de piedra con una visión libre y transgresora. El Teatro Alhambra acoge hoy y mañana la obra interpretada por actores españoles del Teatro de la Abadía de Sevilla.

Después del éxito obtenido en Madrid, Sevilla, Málaga y Valladolid, Granada será partícipe de una puesta en escena diferente y poco convencional del Burlador de Sevilla, un cabaret-music-bar que traslada al espectador a un contexto a-temporal. La historia de un "seductor que se desvela como un hombre sin nombre, una identidad escurridiza que una y otra vez se enfrenta a la necesidad de re-inventarse, despierta nuestro deseo e invade nuestra seguridad, vestido siempre como alguien que creemos haber visto ya en otra ocasión". Jemmett explicó en el estreno de la obra en Madrid que el texto de Tirso "se ha prestado" a su investigación teatral, lo que les ha llevado a cambiar escenas de lugar, cortar algunas partes y a que los actores encarnen varios personajes. "El hecho de que haya resistido nuestro trabajo es señal de que se trata de una gran obra", manifestó recordando que han llevado a cabo un "proceso muy libre".

Para el británico hay textos, como en este caso, que se prestan más a la reinterpretación que otros. "La mayoría de los clásicos están escritos sin acotaciones y por eso la dramaturgia hay que hacerla propia. Si no te sientes libre con este tipo de textos nunca más lo conseguirás", afirmó. El proyecto nace por una petición del Teatro de la Abadía que deseaba trabajar con el joven director internacional y un gran actor español poco conocido en el país como es Antonio Gil, que encarna el papel protagonista, y que ha participado en numerosos éxitos del teatro francés, inglés y estadounidense. Junto a Gil comparten escenario Ester Bellver, Lino Ferreira, David Luque, Luis Moreno y Marta Poveda. Las actrices, al igual que alguno de los actores, encarnan a tres y cuatro personajes diferentes incluso de sexo distinto durante la puesta en escena. En la obra Jemmett se ha planteado tomar como punto de partida El burlador de Sevilla, la fuente teatral más antigua de una tradición centenaria, en la que se cuenta una historia de mentiras y decepciones, de disfraces y seducción, de la identidad escurridiza.