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"Las canciones son la forma de ser más honesto con la vida"

  • Haciendo de su música casi "una terapia", Aaron Thomas llega esta noche a Atarfe para presentar en directo todas las emociones que caben en su disco 'Made of wood'

Aaron Thomas está encantado con Made of wood, su segundo disco, y eso se nota en cada una de las palabras que le dedica. Cargado con su guitarra acústica y acompañado tan sólo por Abraham Boba a los teclados, el australiano se encargará esta noche de llenar el Centro Cultural Medina Elvira de Atarfe con la magia de su música.

-¿Cómo logra trasladar al escenario toda la riqueza instrumental de Made of wood?

-No es nada fácil, se trata de un disco muy producido. Ahora estoy haciendo muchos conciertos en salas pequeñas donde no me puedo llevar a toda la banda, así que tengo menos músicos de los que necesito para hacerlo bien, pero normalmente están funcionando sólo con la acústica y la corista. El objetivo es transmitir la energía, la sinceridad y la emoción que lleva la canción; si puedes hacerlo sólo con guitarra y voz, fantástico.

-Su anterior disco, con el que se dio a conocer en España, le puso el listón muy alto y con muchas expectativas para este nuevo trabajo...

-Yo prefiero no pensar mucho en esas cosas. Recibí muy buenas críticas con el primer disco pero nunca me dio miedo, siempre he tenido en la mente hacer algo mejor. Creo que sólo si trabajas mucho vas creciendo y evolucionando como músico. Este disco, para mí, es el mejor. Las canciones, las letras, las melodías, los arreglos... Todo está mucho más elaborado. Tuve la oportunidad de trabajar con Valgeir Sigurdsson, un héroe mío, y personalmente lo veo como un logro. A mí me da igual cómo vaya, bueno, me gustaría que fuese muy bien, pero estoy súper contento y muy orgulloso. El mundo está lleno de demasiadas cosas complicadas, prefiero centrarme en la música, que es lo importante de verdad.

-En un disco con estilos tan diferentes y con tantos matices, ¿qué es lo que se mantiene estable en todas las canciones?

-Para mí, este disco es más ambicioso y demuestra que tengo más confianza en mí mismo como persona y como músico. Tras la grabación del primer disco empecé a componer algunos temas y los otros fueron después del nacimiento de mi hija y durante el proceso del embarazo. Ha habido momentos de cambio muy radicales que me han revolucionado la vida y creo que las canciones lo reflejan bien. Muchas hablan de mis problemas personales porque, para mí, la música es una forma de terapia, y yo lo que quiero hacer en las canciones es decir cosas que a veces no puedo decir en la vida real. Es una forma de ser más honesto con la vida.

-Cuenta muchísimas cosas en sus letras...

-Es que mi objetivo era mejorar las letras, trabajarlas mucho, y de hecho creo que son mejores que las del primero. También traté de inventar historias y de hablar desde el punto de vista de terceras personas, aunque tiene que ser un tema con el que conectes emocionalmente y que te toque y te importe lo suficiente para ser capaz de él, claro. Quería ser más novelista que letrista en este disco.

-Lo de grabar en Islandia, ¿era un capricho muy buscado?

-El sello no estaba muy contento con la decisión porque estamos en crisis y no era el mejor momento para esos caprichos, pero yo no quería terminar el disco y pensar: ojalá hubiera podido trabajar con Valgeir Sigurdsson. Yo luché con el sello para conseguir mi sueño y fue una experiencia buenísima.

-Lo de Made of wood (Hecho de madera), ¿hay que entenderlo como una autodefinición?

-Esa canción habla sobre limitaciones, que es algo que sufro. Me importa demasiado lo que piensan los demás y las expectativas de los otros te pueden generar una presión que te bloquea y te limita, no te deja ser como debes ser, como un pájaro que no puede volar porque está hecho de madera. Es un concepto del que me gusta mucho hablar y componer. Es una forma de queja pero con positividad.

-Venir a España, empezar de cero y hacerse un hueco en una escena musical muy distinta a la australiana debió ser complicado...

-Ahora miro atrás y veo que ha sido bastante difícil y duro, pero en el momento nunca te das cuenta, sólo estás viviendo, adaptándote, en un momento y en un país diferente. Fue un camino bastante largo. Cuando llegué hace seis años empecé a crear grupos y siempre pensé que eran fantásticos, aunque ahora me he dado cuenta de que igual no éramos tan buenos como creía... La forma de aprender es un proceso lento también; imagina intentar explicarte con las salas y los músicos sin hablar ni una palabra de español. Yo aprendí casi todo lo que sé en la grabación del primer álbum; cuando no tienes más opciones lo único que vale es aprender si no quieres hundirte.

-¿Qué o quién le hizo sentirse músico por primera vez en España?

-Julio de la Rosa. Con él conocí a un artista con una visión muy clara de la música. Me recordó mucha música que yo había olvidado hace años y en él vi a un artista en mayúsculas. Me fui a su casa, empezamos a hablar y cambió totalmente mis canciones, introdujo un gusto muy fino y orgánico y fue una conexión perfecta.

-¿Encontró muchas diferencias entre la escena musical española y la australiana?

-Por supuesto. Además del idioma, creo que la historia de cada país puede afectar mucho a la historia musical. En Australia no tuvimos ningún tipo como Franco... Nuestra música es como la de Inglaterra o Estados Unidos, hay mucha tradición de música pop y de cantautores, muchas salas... Aquí la música es más libre de estilos, hay ganas de experimentar con los géneros. Allí todos es más industria, más negocio, aquí sigue habiendo mucho entusiasmo. También creo que la música tradicional de cada país influye en la música comercial actual, y eso es algo que no tenemos nosotros porque no tenemos cultura.

-¿Se atreverá a cantar alguna vez en castellano?

-Me gustaría, con tiempo, sentarme y componer algo en castellano. Creo que la mejor idea sería colaborar con algún letrista, igual con Julio [de la Rosa], pero es que componer una canción es algo muy personal y yo nunca he compuesto con nadie. Dejar las letras en manos de otra persona es cuestión de confianza... Colaborar con alguien no es tan personal, es otra cosa. Cantar en castellano es un reto que puede resultar algo fatal o fascinante.

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