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Para la celebración de los sentidos

  • Juan Antonio Díaz expone en el Centro Damián Bayón de Santa Fe una pintura sensorial, sensitiva, que proporciona amplios estados de emociones

Estamos ante quien ha sido uno de los pintores granadinos que mejor se ha movido entre esa parcela pictórica donde la figuración pierde sus posiciones más concretas para situarse en unos espacios en los que se adivinaba muy inmediata los entusiasmos plásticos de lo abstracto. Su extenso recorrido artístico siempre ha estado, más o menos, vinculado al interés por una plástica que evocaba más que representaba, que estaba dirigida más hacia los caminos del espíritu que a los simples segmentos que patrocina la mirada. La suya ha sido una carrera marcada por un expresionismo muy bien contenido, de controlada exuberancia cromática donde los pigmentos han ofrecido un discurso de sugerencias y una argumentación plástica de muy buena sintaxis estructural.

Juan Antonio Díaz, poco proclive a aparecer en los circuitos, es un pintor que sabe muy bien lo que quiere, lo que hace y que lo lleva muy bien a cabo. Su control de la materia plástica es absoluto y sus maneras de actuación son las adecuadas para formular ese paisaje matérico en el que se adivinan las sucesivas capas de pintura, muy bien distribuidas y con la mayor intención, para que sobre ellas se desarrolle un universo de evocaciones con lo presumible ejerciendo una fuerte carga emotiva y abriendo espacios de máxima intención artística.

La exposición en el Centro Damián Bayón nos proclama los parámetros de esa pintura sensorial, exquisita y llena de plasticidad que permite al espectador comprometerse ampliamente con unos postulados visuales ajenos a los que la mirada habitual va buscando. La obra de Juan Antonio Díaz exige una complicidad mayor, un compromiso más acentuado con lo que se observa porque en la pintura de este artista, todavía, la figuración no ha perdido totalmente su sentido ilustrativo sino que hace presentir una realidad velada por un contexto plástico que nos proporciona amplios estados de sensaciones, emociones y hasta presunciones. Estamos ante una pintura llena de carácter material que genera mucha sensualidad, mucha inquietud y absoluta ninguna indiferencia. El artista granadino nos conduce por esos estamentos pictóricos en los que se adivina esa pintura llegada desde un artista consciente, seguro, poseedor de un muy buen bagaje técnico y que hace transmitir los registros de un expresionismo muy bien concebido en el fondo y en la forma y que hace transitar al espectador por la máxima emotividad que plantea un arte generado para la celebración de los sentidos.

Juan Antonio Díaz es un artista con un amplio desarrollo artístico a sus espaldas. Autor de una pintura sabia, la que resulta de un autor completo que sabe muy bien lo que hace y que pinta sin complejos.

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