Cine

2007: Mucho cine de evasión y mucho efecto

  • El año se caracterizó por la explotación de las secuelas de filmes de éxito y la perfección de las tecnologías digitales

El año 2007 se ha caracterizado por el desarrollo, cada vez mayor, de las nuevas tecnologías y la perfección en los efectos especiales. Pocas historias de interés que hayan conmovido verdaderamente al público, pese a algunos intentos hollywoodienses de concienciar ideas (Diamante de sangre, de Edward Zwick y protagonizada por Leonardo diCaprio, trató de abordar el drama de Sierra Leona, su guerra civil y el tráfico de diamantes) o de llamar la atención sobre ciertas realidades. Mucho cine de evasión, guiones técnicamente perfectos, pero poca sustancia cinematográfica.

Curiosamente, pese a la constante sangría que está siendo la situación de Iraq y Afganistán para los Estados Unidos, Hollywood aún no se atreve a abordar cara a cara ese verdadero despropósito y, cuando lo hace, son tímidos intentos de explicar al público norteamericano cuál es la situación. Películas como Leones por corderos, de Robert Redford y con un elenco que cuenta en sus filas con Tom Cruise o Meryl Streep, no ha tenido el impacto que se esperaba.

Quienes sí se han llevado al gato han sido las películas épicas inspiradas en un pasado más o menos bárbaro que han despertado cierta curiosidad histórica a los espectadores. Fue el caso de Apocalypto, de Mel Gibson, quien volvió a recurrir a la idea (brillante) de utilizar el idioma genuino de la historia (lo hizo con el hebreo y el latín en La Pasión de Cristo, y lo ha vuelto hacer ahora con un dialecto desconocido) para contar la historia del final de la civilización maya. Escenas brutales, descarnadas, y algunas curiosidades históricas parecieron funcionar en la taquilla.

Algo similar ha sucedido con la espectacular 300, de Zack Snyder, basada en el mismo cómic de Frank Miller e inspirada en la Batalla de las Termópilas, en la que 300 soldados espartanos sucumbieron ante la llegada de la imponente fuerza del imperio persa pero no sin antes llevarse por delante un buen puñado de enemigos. Tal vez el éxito de la película haya radicado en la exquisita fotografía y en la forma en que no sólo se embellece, sino que se enaltece la violencia, lo que demuestra que las guerras son tan atractivas porque son puro espectáculo.

Y manteniéndose en la línea de cine de evasión, no hay por menos que mencionar el salto a la gran pantalla de Los Simpsons, una de las películas que más dinero han recaudado en taquilla. Homer y Bart son rentables en cualquier parte.

Como Ratatouille, otra película de animación dirigida al público infantil, uno de los que se van volviendo cada vez más consumidores de cine, que narra las aventuras de una rata que quiere ser cocinero.

Las nuevas entregas de Harry Potter y Piratas del Caribe tenían el éxito asegurado de antemano aunque, mientras en el caso de la primera, el nivel de calidad se mantuvo, en la segunda el guión terminó por hacer aguas por todas partes y aburrir al espectador pese a la presencia de Johnny Depp y una de las grandes sorpresas de Hollywood: la irrupción del guitarrista de los Rolling Stones Keith Richards, en quien Depp se inspiró para construir su propio personaje, que hizo algo más que un cameo para representar al padre del capitán Jack Sparrow.

Otra secuela que trató de vivir de las rentas del pasado es la sexta entrega de Rocky, con un Silverster Stallone sexagenario que recurrió a sus viejos tópicos y coletillas. Sólo ideal para los amantes de Rocky.

Otra secuela: Spiderman, que es casi como decir "nada nuevo bajo el sol". Cine de consumo inmediato o pronto olvido. Como La jungla de cristal 4.

Sí hubo un proyecto que transcenderá con los años: la doble entrega de Clint Eastwood con Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima en la que narra los dos puntos de vista (el norteamericano en la primera y el japonés -con idioma incluido- en la segunda) de la batalla de Iwo Jima. Eastwood sabe demostrar otra sensibilidad y una enorme inteligencia. Algo necesario en un Hollywood sin guionistas.

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