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La cosecha no se pierde

Érase un niño a una guitarra pegado. Por las venas de Juan Habichuela, nieto, fluye la sangre de los Carmona. Las seis cuerdas se han convertido en prolongaciones de sus dedos. Juan es un buen representante de su familia, fiel continuador de los pasos de su abuelo. Las aptitudes de este joven guitarrista, como las de sus mayores, se pueden resumir en sentimiento, limpieza de ejecución y en ese soniquete arábigo granadino que se ha convertido en el sello de la casa. Pero a esto hay que añadir la rapidez y la destreza como valores propios.

Habichuela se presenta solo en el escenario de La Chumbera interpretando una soleá. La pieza es en principio alarmante, con su espíritu creador y sus continuos cambios, parece deslavazada, pero se redondeará con su final por bulerías. Seguidamente suena un zapateado, en el que se hace acompañar de un discreto violín y un correcto bajo. La guitarra parece que canta. Los ritmos trepidantes, el limpio fraseo, el continuo remedarse a sí mismo, serán la tónica de todo el concierto. Las guajiras, las alegrías y los tanguillos siguen el mismo esquema. El teatro se derrumba. Cómo puede caber tanto arte en las manos de este joven.

Pero en conjunto, esta entrega hace agua. No terminan de encajar bien todos los instrumentos en un concierto donde la sonorización tiene mucho que ver. José Antonio Carmona, siendo un buen percusionista, en ocasiones estaba de sobra. Y la voz, mal proyectada, hacía equilibrio entre el tópico y los desajustes.

La seguiriya, en el ecuador del concierto, siempre mide el pulso de un flamenco. Prueba superada. Y con las bulerías, Juan Habichuela, pone la guinda, sacando a bailar a Vero La India. Vero es visceral. Su fuerza y empuje recuerda a las gitanas de antes, donde todo era compás y sentimiento; brío desbocado. Las bulerías son una guerra consigo misma, donde no hay tregua ni reposo. Un gran baile, un reconocido aplauso, un protagonismo ganado a pulso y escrito con mayúsculas. El guitarrista se despide con una rumba, demostrando que la cosecha de Habichuelas está asegurada.

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