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Seis dardos a la taquilla

  • Tras el estreno de 'Star Trek: En la oscuridad', unas cuantas superproducciones lucharán por la conquista de la cartelera

Antes de hacerse cargo de un nuevo episodio de Star Wars, el director J. J. Abrams vuelve a una saga a la que supo dar un inesperado brío. Star Trek: en la oscuridad llegó el viernes a los cines tras el consenso que despertó su precedesora, en la que el director consiguió ser respetuoso con el universo en el que se adentraba sin que la aventura dejara la sensación de algo ya visto. Y Abrams, ambicioso como es, quiere que la experiencia para el espectador en este nuevo proyecto sea más intensa. "Esta película va más lejos que la otra en todos los sentidos: hay planetas volcánicos, frenéticas persecuciones de naves espaciales y tremendos efectos especiales, pero también hay un argumento con más matices", cuenta el cineasta.

Star Trek: En la oscuridad narra los dilemas a los que tienen que enfrentarse los tripulantes de la nave Enterprise tras una explosión que ha sacudido la Flota Estelar, una premisa con la que Abrams ve la posibilidad de explorar emociones más profundas que en la película anterior. "Esta vez, la tripulación de la nave Enterprise tiene más cosas en juego en lo que se refiere a sus dilemas personales y morales. Nuestros protagonistas se van enfrentando a cuestiones de confianza, lealtad y de lo que pasa con nuestros principios cuando uno se ve sometido a la más extrema de las pruebas", expone el director de Super 8. El objetivo que se planteó Abrams era "conservar toda la comedia, la humanidad y el optimismo, y a la vez internarnos en territorios más complejos y sombríos. Para el capitán Kirk, lo que empieza siendo una misión de venganza se convierte en una prueba de lo que realmente significa hacerse merecedor de ser capitán".

El filme mantiene a los intérpretes del anterior Star Trek: Chris Pine (el nuevo rostro de Jack Ryan en una película dirigida por Kenneth Branagh) repite como el capitán James T. Kirk, Zachary Quinto como el primer oficial Spock, Karl Urban como el doctor Leonard Bones McCoy, Simon Pegg como el ingeniero jefe Scotty Scott, Zoe Saldana como la oficial de comunicaciones Uhura, John Cho como el piloto Hikaru Sulu, Anton Yelchin como Pavel Chekov y Bruce Greenwood como el almirante Christopher Pike. Quienes se incorporan al imaginario de Star Trek son Benedict Cumberbatch, que interpreta a un misterioso terrorista intergaláctico John Harrison, Alice Eve como la recién llegada Carol Marcus, y Peter Weller como el almirante de la Flota Estelar que entra en conflicto con la nave Enterprise.

Star Trek: En la oscuridad es, tras El hombre de acero y After Earth, la tercera superproducción que intenta animar las recaudaciones de la taquilla. Pero Hollywood, como suele pasar, ha reservado una buena batería de blockbusters para el verano. Uno de los primeros en desembarcar tras Star Trek será el de Lobezno inmortal (en las salas el 24 de julio), regreso de Huck Jackman al personaje de la Marvel tras su triunfo artístico y su candidatura al Oscar con Los Miserables.

Al contrario de las garantías que parecen venir con la película de Abrams, Lobezno inmortal se presenta cargada de incertidumbres. El filme anterior, con el que Jackman se desmarcaba de las exitosas entregas de los X-Men para defender en solitario a un héroe al que había llegado años antes por casualidad, cuando el inicialmente contratado Dougray Scott se apeó del proyecto, provocó una enorme decepción: el sudafricano Gavin Hood (extraña elección, el hombre compitió por el Oscar gracias a Tsotsi) no supo llevar a buen puerto el encargo.

Las informaciones sobre el nuevo largometraje que se preparaba eran francamente esperanzadoras: se ponía al mando nada menos que Darren Aronofsky, que ya había trabajado con Jackman en La fuente de la vida y que se encontraba en una racha afortunada, tras El luchador y Cisne negro. Pero Arronofsky acabó desentendiéndose de esta cinta debido a problemas personales; la difícil separación de Rachel Weisz, ahora esposa de Daniel Craig, tuvo mucho que ver en esta decisión: en la pelea por la custodia de su hijo no era aconsejable que dejara el país.

Al fin, Lobezno inmortal se estrena bajo la batuta de James Mangold, un director habituado a cambiar de registro, capaz de firmar un drama como Inocencia interrumpida, un biopic como En la cuerda floja o una comedia de acción, Noche y día. Mangold también conocía a Jackman de una antigua colaboración conjunta, Kate & Leopold, un precedente que no da para muchas alegrías. Al menos el cineasta está respaldado por un libreto de Christopher McQuarrie, celebrado aún por sus Sospechosos habituales, en el que la trama se traslada a Japón y muestra la relación de Lobezno con la joven Mariko Yashida, pero también su reencuentro con un enemigo de su pasado.

Después de semanas de promoción se incorporará a las carteleras el dos de agosto Guerra Mundial Z, adaptación de la novela de Max Brooks que dirige Marc Forster e interpreta Brad Pitt. El actor encarna a un empleado de las Naciones Unidas que lucha por detener una epidemia zombi por la que empieza a peligrar la humanidad. Las críticas han sido positivas, pero todo apunta a que la película será más convencional en su estructura y sus planteamientos que el libro de Brooks, autor también de una brillante Guía de supervivencia que se explaya en las estrategias para combatir una oleada zombi.

Una semana más tarde, el 9 de agosto, se desvelará el proyecto al que ha consagrado tres años el mexicano Guillermo del Toro, Pacific Rim, una ficción en la que el director abandona las fábulas preocupadas por lo humano para proponer un espectáculo de asombrosa aparatosidad. "La película es increíble en cuanto a las escenas de acción, el tamaño y la espectacularidad. Van a ver escenas que creo que no se han visto jamás en el cine, en ninguna película", dijo el cineasta esta semana en una visita a su país.

Como Guerra Mundial Z, Pacific Rim relata otra lucha, la de los seres humanos frente a unas criaturas monstruosas que surgen del fondo del mar. Para combatirlos, los humanos crean unos robots gigantescos "de 25 pisos de altura" que se manejan mediante la unión cerebral de dos personas, una idea que busca transmitir que "nadie salva al mundo solo", sino que los humanos "se necesitan los unos a los otros", anticipó Del Toro en la presentación del filme.

Otro de los títulos que despierta cierta expectación (y que se estrena el 16 de agosto) es Elysium, la nueva película de Neill Blomkamp tras el éxito de Distrito 9. La acción se sitúa en el año 2159, cuando los muy acaudalados viven en una estación espacial artificial e inmaculada llamada Elysium, y el resto malvive en una Tierra superpoblada y en ruinas. La Secretaria Delacourt (Jodie Foster) no se parará ante nada para preservar la lujosa forma de vida de los habitantes de Elysium. Pero eso no impedirá que la gente de la Tierra intenté con todas sus fuerzas entrar en la estación. Max (Matt Damon) acepta liderar una misión en la que se jugará la vida, pero que servirá para igualar estos dos mundos opuestos.

Otra de las apuestas del verano para triunfar en la lista de los títulos más vistos es la versión de El llanero solitario (23 de agosto) que han llevado a cabo Gore Verbinski y Johnny Depp, colaboradores asiduos después de los Piratas del Caribe y de Rango. El tipo enmascarado que cabalga su caballo blanco está interpretado por Arnie Hammer (La red social, J. Edgar) mientras que Johnny Depp da vida a Toro, el indio que narra las peripecias que transformaron a su compañero. Tom Wilkinson, Helena Bonham Carter y Ruth Wilson (Luther) completan el reparto.

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