Cultura

La defensa de la diversidad cultural frente al fanatismo

  • Maalouf no sólo es una de las voces más importantes de la literatura árabe, sino también un gran defensor de los valores universales

El narrador y ensayista libanés Amin Maalouf, que hoy ha sido galardonado con el Príncipe de Asturias de las Letras, es una de las voces más importantes de la literatura árabe y un gran defensor de la diversidad cultural y los valores universales frente al fanatismo. "Hemos entrado en este siglo sin brújula", dijo durante la presentación, el pasado año, de su último libro en España, El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan, un título que hace referencia a su preocupación constante por la relación entre Oriente y Occidente.

"Creo que estos problemas y desajustes vienen del agotamiento simultáneo de dos modelos sociales, el del mundo occidental y el del mundo árabe", precisó este escritor y periodista, que se expresa en francés y vive en París desde 1976.

Maalouf, cuya obra se centra en Oriente Próximo, es autor de novelas como León el africano, Samarkanda o La roca de Tanios, premio Goncourt en 1993 y un mosaico del Líbano plural y cosmopolita del siglo XIX, todas ellas con un sesgo histórico y político. Aspecto éste que ha señalado el jurado al destacar que con su obra sitúa al lector "en el gran mosaico mediterráneo de lenguas, culturas y religiones para construir un espacio simbólico de encuentro y entendimiento".

Nacido en Beirut el 25 de febrero de 1949, durante sus primeros 27 años vivió en un ambiente árabe y musulmán. Su padre, poeta, pintor y periodista, fundó dos diarios en la capital libanesa. Después de cursar estudios de economía política y sociología en la Universidad Francesa de Beirut, ejerció el periodismo en el diario An Nahar International antes de exiliarse a París, a raíz de la guerra civil libanesa.

En Francia continuó con el periodismo como redactor jefe de la revista Jeune Afrique y en 1983 publicó su primer libro, Las Cruzadas vistas por los árabes, un ensayo que cuenta este período histórico desde el punto de vista de los árabes. A partir de ese momento, su obra estará marcada por las experiencias de la guerra civil y la inmigración, y sus personajes son principalmente viajeros entre tierras, lenguas y religiones diferentes.

En 1986 publicó su gran éxito, un relato sobre las aventuras y desventuras de Hassan al-Wazzan, un viajero del siglo XVI conocido como León el Africano. Su siguiente novela, Samarkanda (1988), está inspirada en las vidas del poeta y astrónomo persa Oman Jayyám, nacido en 1030; del estadista Nizam el-Molk y del místico y visionario ismaelí Hassan Sabbah. Dos años después publicó Los jardines de luz, con la fórmula mixta de ficción e historia, en la que describe el itinerario del profeta Mani, fundador del maniqueísmo y pintor, que vivió en Mesopotamia en el siglo III. Le siguió en 1992 El primer siglo después de Beatriz, en donde el escritor marca un notable cambio de estilo.

En 1996 publicó en España su libro Las escalas de Levante. Para Maalouf, la característica esencial de esta novela es el desgarro al que se ve sometido su protagonista, un hombre que luchó en la Resistencia francesa contra los nazis y que encuentra en el Líbano un nuevo y destructor conflicto". En 1999 publicó Identidades asesinas, otro ensayo en el que denuncia la locura que incita a matar en nombre de una lengua, etnia o religión.

Con su siguiente novela, El viaje de Baldassare (2000), volvió a situar al protagonista en una encrucijada de culturas y experiencias que le llevará desde Líbano hasta el Londres de 1666, a través de un camino marcado por la incertidumbre de un apocalipsis anunciado por todas las confesiones. Su última estancia en España fue en septiembre de 2009, con motivo de la publicación en castellano de su último título, El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan.

El autor, cuyas obras han sido traducidas a varios idiomas, ha realizado además una incursión en el mundo de la ópera como autor del libreto L'amour de loin (El amor de lejos), con música de la compositora finlandesa Kaija Saariahao, presentada en el Festival de Salzburgo en agosto de 2000. Entre otros galardones, cuenta con el Premio Maison de la Presse en 1988 por Samarkanda; el ya citado Goncourt por La roca de Tanios, la medalla de Oro de Andalucía 1994 y el Premio del Grupo Compostela-Xunta 2009.

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