Cómics

Un dibujante perfecto

Alex Toth: Las mejores historias de los años 50. Alex Toth. Diábolo. 440 páginas. 39,95 euros.

Si hablamos de buenos dibujantes, pero buenos de verdad, uno de los más aventajados de la historia del cómic fue el neoyorkino Alex Toth (1928-2006). Toth poseía un don extraordinario, que canalizó principalmente en la historieta y en la animación. A una línea hermosa y una imaginación sin límites, el artista sumó un excelente sentido narrativo y una innata capacidad para el diseño y el montaje dentro y fuera de la viñeta, esto es, tanto para el encuadre como para la composición de página. Personalmente, adoro el trabajo de Toth, y siempre que me hallo frente a alguna de sus piezas me quedo embobado como un niño pequeño. No me canso de observar la variedad y dificultad de los planos, el ritmo visual y la originalidad de cada página, la belleza de sus formas, la aparente sencillez de sus volúmenes y la elegancia de sus acabados. Igual que me paso horas mirándolo, podría pasarlas sumando adjetivos, pero mejor paso a recomendarles el libro de Diábolo.

Alex Toth: Las mejores historias de los años 50 compila todo el trabajo que Toth realizó entre los años 1952 y 1954, justo antes del albor de la Edad de Plata del cómic book, para la editorial Standard. Son casi 400 páginas, 62 historietas de diversas temáticas y un puñado de cubiertas, que vieron la luz en cabeceras como This is War, Intimate Love, Out of the Shadows, Losts Worlds o New Romances. Además de los cómics propiamente dichos, el fenomenal volumen, editado por el especialista Greg Sadowski, contiene una larga entrevista al genio, fechada en otoño de 1968, bellas reproducciones de diversos originales -entre ellos las siete maravillosas páginas de I Fooled My Heart y las cinco de The Man Who Was Always on Time- y jugosas notas textuales, en la mejor tradición de otros volúmenes similares ya traducidos por Diábolo. Romance, género bélico, ciencia ficción…, cualquier argumento sirve a Toth para desplegar su talento incomparable y regalar a los lectores una verdadera lección en el terreno gráfico, solo a la altura de los mejores. Todo un festival para la vista.

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