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"Cuando dirijo siento como si estuviese poseído por alguna fuerza"

  • El realizador granadino, que estuvo seleccionado con el documental 'Maya' en el Festival de Cannes y ahora en el de Brasil, sostiene que "el trabajo de equipo en cine es pura armonía y conexión"

Un buen día Pedro Pío, alumno de la ESCO -escuela superior de comunicación de Granada-, coge su cámara y decide filmar porciones de realidad de Cuba. El joven cineasta se cruza con la pequeña perrita Maya y decide mostrar la cruda vida de la que está rodeada. Esta historia conmueve tanto que llega a ser seleccionada en el Festival de Cannes y actualmente invitada a Sao Paulo en el Festival Internacional de Cortometrajes.

- ¿Qué narra el documental?

-Maya es un documental que observa la relación de una perra de pelea con su amo y entrenador. Concretamente se observan los tres últimos días antes de una pelea a vida o muerte.

- ¿Por qué la pequeña Maya le llevó a inspirarle en su historia?

-Maya es una perra de pelea, es simplemente la realidad. Quizás es más mi historia que la de la propia perrita. Pero al fin y al cabo lo que cuenta Maya es lo que yo como realizador quiero que la gente entienda acerca de una realidad que ocurre en muchos lugares del mundo. -¿Cuántos días de rodaje necesitó?

- El equipo necesitó una semana aproximadamente.

- ¿Qué problemas surgieron en la grabación?

-Muchos problemas, muchos imprevistos, pero así es el rodaje de un documental. Hay que estar preparado para lo que ocurra y si tienes suerte puede que se vea algo completamente maravilloso. A mí me pasó con Maya que en la escena de la pelea no estaba premeditada, de hecho fue un fallo que los perros se atacaran. Decidimos sobre la marcha seguir filmando lo que estaba pasando ante nuestros ojos, que era terrible, eran dos perros mordiéndose brutalmente y los dueños intentando separarlos, pero no podían. Yo lo pasé muy mal, casi ni quería mirar la escena, no podía hacer nada. Luego en los visionajes descubrimos que esa escena era nuestro material más fuerte y podría funcionar como un punto de giro importante. Todo esto fue terrible pero fue lo que después me permitió contar la historia.

- ¿Cómo es dirigir a un equipo audiovisual para un director tan joven ?

-Dirigir es algo increíble, sobre todo cuando hay una buena conexión con tu equipo. Yo la tengo y eso me encanta. Cuando coordino siento como si estuviera poseído por alguna fuerza. A veces todo está genial y a veces surgen muchos problemas que hay que resolver. Hay que saber entender a la gente con quien trabajas, no pensar sólo en ti, sino tener muy claro que el cine es un trabajo de equipo. La armonía es importante y se trata de saber ponerte en el lugar de los demás. También es bueno no meterte de más en el terreno de la gente que trabaja contigo. Pero igual me queda muchísimo que aprender, así que estaría bien que me hicierais esta pregunta dentro de unos años...

-Se dice que para que una obra salga bella hay que sufrir. ¿Sufrió a la hora de engarzar el documental?

-La verdad es que el papel de mi editor, Juan Manuel Gamazo, español como yo, fue fundamental. Él es un magnífico técnico que sabe contar historias de manera que funcionen. Encontró soluciones claves para el desarrollo de la historia. La edición siempre es un camino tortuoso y sobre todo lleno de decisiones, que significan descartar algo y esto es muy complicado. Nunca sabes con certeza si lo que haces es lo que mejor va a funcionar o no. Pero algo muy bueno que tiene el género documental es que, por lo que he visto en mi corta experiencia, el guión siempre cambia en la mesa de edición, se va haciendo allí. En definitiva, la edición es la última etapa de la dirección. Yo siempre sufro mucho en esta fase, pero si no sufriera no saldrían buenas cosas. Einstein dijo que "la creatividad surge de la crisis". No se equivocaba este maestro. Hacer cine es muy agotador, tanto el rodaje como la postproducción, muy desesperante, muy angustiante, siempre siento demasiada incertidumbre.

-¿Cómo es que un granadino se marcha a Cuba a estudiar cine?

-¿Por qué no? Ir a Cuba es como entrar en otro planeta y me apetecía estudiar en otro planeta. Creí que podía ser una experiencia completamente increíble y estaba en lo cierto. Estoy creciendo muchísimo como cineasta y lo que es más importante aún, estoy creciendo mucho como persona. Cuba es un país que está jodido y cuando vives en un lugar así, después de estar gran parte de tu vida en Europa, aprendes a adaptarte de otra manera y en otra realidad. Creo que es un buen entrenamiento para el futuro.

-Ahora está en el Festival de Brasil, cuénteme un poco cómo va el proceso de selección de su cortometraje.

-Efectivamente ahora estoy en Sao Paulo y es el Festival Internacional de Cortometrajes. Me invitaron a presentar la película y aquí estoy encantadísimo. Me encanta Brasil. En la escuela tengo muchos amigos de este increíble país y tenía muchísimas ganas de conocerlo. Que Maya me permita viajar, darme a conocer por el mundo es genial. Este es un evento no competitivo y el ambiente es muy bueno. Estoy conociendo a jóvenes cineastas del mundo entero, con buenas ideas y muy buenos contactos dentro del gremio.

-¿Cree que un documental puede llegar a ser ficción y la ficción puede llegar a captar algo de realidad o documentación?

-Totalmente de acuerdo, pienso que ambos géneros se mezclan mucho. Maya es una fusión total entre documental y ficción y para mí es una de las cosas más interesantes que tiene el trabajo. La ficción siempre se basa en cosas de la realidad, salvo muy raras excepciones. Y está claro que el documental tiene mucho del mundo de la ficción por el simple hecho de necesitar una cámara, un punto de vista, una selección de la realidad. La verdad que este tema es demasiado extenso como para desarrollar en una entrevista. Mi proyecto final de carrera trataba exactamente de esto. En estos años de la escuela mi interés por el cine documental surgió en la ESCO, precisamente por esa misma pregunta que acabas de formularme.

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