Crítica de Cine cine

Los doctores del espíritu

Una escena de 'Indiana', el sugerente debut del director Toni Comas.

Una escena de 'Indiana', el sugerente debut del director Toni Comas. / D.s.

Es difícil clasificar una película como Indiana, que se mueve a mitad de camino entre la estética y los paisajes provincianos del indie norteamericano más baratito y sin rostros conocidos, una cierta ironía posmoderna heredera de los Coen y una extraña deriva de género a propósito de una pareja de exorcistas de medio pelo que se hacen llamar a sí mismos Doctores de Espíritus y se dedican a purgar de malas vibraciones a sus convecinos del Medio Oeste.

A todo ello hay que sumar un prólogo en clave de falso documental en el que los lugareños relatan sus propias experiencias de encuentros alienígenas o posesiones diabólicas.

Pues bien, con tan dispares elementos, Toni Comas consigue urdir un curioso artefacto fílmico más volcado en la sugestión y la creación de una cierta atmósfera de inquietud a través de la puesta en escena, una puesta en escena muy contenida y poco efectista, todo sea dicho, que en hilvanar una narrativa sólida y convincente a propósito de sus insólitos protagonistas con niño o del misterioso anciano que circula por la comarca con un cadáver en el maletero.

Es así que esta cinta de debut invita al extrañamiento y la perplejidad frente a lo real antes que a la explotación del terror o lo paranormal, en un juego que tiene más de ironía y de estilo que de autocredibilidad. No es mala carta de presentación para proyectos de más enjundia.

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