Encuentro XVI Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada

El cine "en equilibrio" del hombre que busca el Sur en los inviernos

  • El cineasta finlandés Aki Kaurismäki explicó ayer los recovecos de su forma de entender el cine y la vida ante decenas de admiradores en la Filmoteca de Andalucía

"Desde el principio de los tiempos, los hombres más tristes se fueron al norte", afirmó ayer rotundo el realizador finlandés Aki Kaurismäki, quien no dudó en reconocer al instante que "no es por coincidencia" que lleve los últimos veinte inviernos viviendo en Portugal. "Por eso sonrío tanto", bromeó el cineasta, que fue entrevistado por el crítico de la prestigiosa revista Cahiers du cinéma Gonzalo de Lucas ante el numeroso público del Festival Internacional de Jóvenes Realizadores.

Con una copa de vino blanco y un cigarrillo que hasta en dos ocasiones fue 'invitado' a apagar por el guardia de seguridad de la Filmoteca de Andalucía -se ve que haber estado nominado a los Oscar no exime de cumplir con la Ley del Tabaco-, Kaurismäki reflexionó abiertamente sobre su país, su cine y todas las historias que cuentan sus películas. "Creo que por cada cuento fantástico y suave que he hecho, he filmado una película realista. Siempre he intentado mantener el equilibrio", afirmó el realizador, de quien estos días se proyectan algunos de sus más célebres filmes.

La chica de la fábrica de cerillas, que se pudo ver ayer tras su intervención en el festival, es precisamente un claro ejemplo de esa faceta más realista de Kaurismäki: "El punto de partida de esta cinta fue una charla entre varios cineastas finlandeses en la que participé. Todos se quejaban de la falta de guiones y yo me iba a encender uno pero no tenía un mechero, sólo cerillas. En ese momento pensé que el cine se puede hacer de dónde sea, y empecé a plantearme la historia de esa cerilla, de cómo sería la vida de la chica que la hizo cada día cuando llega a casa. El resto fue escribir y rodar. Nadie, ni yo mismo, sabía cómo iba a terminar todo esto, así que fui improvisando".

Tachado "durante décadas" por cierto sector de la crítica en Finlandia por la "inexpresividad" de algunos de sus personajes y por los largos tiempos que se toma tras una película para empezar con la siguiente, Kaurismäki no titubeó la respuesta: "Pues justo estoy a punto de empezar la tercera parte de mi última trilogía, aunque he interrumpido el guión para venir a Granada. Las primeras quince páginas ya están escritas, no está mal, ¿verdad? Pero bueno, en realidad nunca he querido hacer películas, pero soy demasiado vago como para hacer otro tipo de trabajo más honesto, pero todavía admiro el trabajo y al trabajador, aunque desde lejos".

Emocional y artísticamente "enganchado al realismo romántico", Kaurismäki echa en falta "ideas" en la generación de cineastas más jóvenes. "Les falta darse cuenta de que el cine se da a los dos lados del objetivo; en uno está la cara del actor o de la actriz, y en el otro está el público. El proceso de hacer una película se respeta demasiado, tanto la técnica como la narración o el momento de la filmación, y eso puede ser perjudicial en el resultado. Del cine todavía se puede y se debe bromear".

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