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El escritor chileno Luis Sepúlveda se hace con el Premio Primavera

  • La novela ganadora, 'La sombra de lo que fuimos' narra la historia de cuatro sexagenarios que plantean dar un golpe de Estado revolucionario en Chile

Luis Sepúlveda (Chile, 1949) ganador del Premio Primavera de Novela 2009 con su obra La sombra de lo que fuimos, protagonizada por cuatro sexagenarios que planean una acción revolucionaria en el Chile del siglo XXI, aseguró ayer que "uno de los grandes lujos que puede tener un escritor, es poder meter caña a ciertos políticos, ya que nadie se atreve a meterse con ellos".

Tres sexagenarios de La sombra de lo que fuimos (Espasa Calpe) son antiguos militantes del ELN, el grupo satélite de Salvador Allende -derrotados por el filón del golpe de Estado de Pinochet y víctimas de la represión y condenados al exilio- quienes vuelven a reunirse 35 años después convocados por un legendario luchador anarquista a quien conocen con el nombre de 'El Especialista'.

Estos cuatro hombres emprenden una "última aventura", según Luis Sepúlveda, que consiste en recuperar un importante alijo de dinero escondido en un antiguo restaurante por los grupos oligarcas chilenos que, para hundir el régimen de Allende, sacaban de contrabando el dinero de Chile.

Para Luis Sepúlveda, autor de obras como El viejo que leía novelas de amor o La rosa de Atacama, lo importante de esta aventura es que ellos consiguen "reencontrarse" y descubren que tienen algo en común: "poder mirar su propio pasado con amor y con humor", señaló.

Al igual que ocurre en la novela, el germen de esta historia nació en un bar de Santiago de Chile, cuando Luis Sepúlveda compartía cervezas con tres amigos a quienes no veía desde hacía tiempo. Y empezaron a surgir anécdotas del pasado, que Sepúlveda ha trasladado al papel.

Para todos ellos, el pasado fue "traumático y feroz" pero también hubo "amor". En este sentido, explicó que su generación descubrió que a la ternura se le defiende solamente "con fuerza y con fiereza" y "que no se puede ser fuerte y fiero, sino se es al mismo tiempo, tremendamente tierno", argumentó.

En su viaje de vuelta, los protagonistas descubren también que nadie vuelve al país "que se dejó atrás" y se plantean un dilema: "o aceptan un hermoso país que guardan en la memoria o aceptan vivir en ese país nuevo que han encontrado cambiado más cruel y más duro". Son la sombra de lo que fueron pero siguen estando de pié sobre la vida", precisó.

En este sentido, Angel Basanta, miembro del jurado del Premio Primavera de Novela 2009, describió esta obra como una "novela generacional" envuelta en una "estructura policiaca" donde se refleja el desengaño de unos chilenos cuyo "único delito" es creer en un país que ya no existe.

En esta misma línea, Sepúlveda es optimista respecto al presente y al futuro de Chile, porque en los últimos años de democracia se ha producido un "salto enorme" y se han "recuperado derechos esenciales" como por el ejemplo el tener derecho a una pensión después de varios años de trabajo.

Y aunque la crisis comienza a hacer sombra sobre Chile, Sepúlveda confía en la riqueza y las reservas del país que le va a permitir acometer una "serie monumental de obras públicas para no caer en el drama del paro generalizado", explicó.

Pero en La sombra de lo que fuimos, el azar y la causalidad también juegan un papel muy importante. "He comprobado en carne propia que sabemos muy poco respecto a las leyes del azar, que generalmente termina determinando muchas cosas".

En este sentido, comentó cómo el azar cambió la temática de su libro, esta vez de viajes, Últimas noticias del sur que espera terminar en los próximos meses. "En principio iba a a ser un libro de viajes tras recorrer la Patagonia y Tierra de Fuego, pero no salimos de un radio de 100 kilómetros porque las historias que allí encontramos eran asombrosas", señaló.

Luis Sepúlveda reside actualmente en Gijón y sufrió en sus propias carnes la dictadura de Augusto Pinochet al ser encarcelado durante dos años tras el golpe de Estado de 1973. Fue liberado gracias a las gestiones de Amnistía Internacional. Años después de uniría a la Brigada Internacional Simón Bolívar que luchaba en Nicaragua en favor del sandinismo. Sus grandes preocupaciones literarias son la historia de los pueblos y el ecologismo. Es también un ávido defensor de organizaciones como Greenpeace.

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