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El estrecho de la Florida

Ninety Miles con Stefon Harris, Nicholas Payton & David Sánchez. Fecha: viernes 20 de julio. Lugar: Parque del Majuelo. Aforo: 1.000 personas.

"Creo que la guajira y el blues tienen un fuerte vínculo común. Ambos son producto de la gente trabajadora: los que cortaban caña de azúcar en Cuba o Puerto Rico o los que recolectaban algodón en el sur de los Estados Unidos". Con estas palabras presentaba Ray Barretto su versión de Summertime, simbiosis perfecta entre el sabor caribeño y el feeling del blues, y una de las más logradas entre las miles que se han registrado a lo largo de la historia. El idilio entre la música cubana y la de Nueva Orleáns viene de lejos y se remonta incluso al mismo origen criollo del jazz primigenio. Por eso aventuras como la que se presentó el viernes en el Parque del Majuelo tienen el éxito garantizado y siempre despiertan el interés del público. La querencia del asiduo al Festival del Almuñécar por las aproximaciones del jazz a Cuba ha quedado sobradamente acreditada en anteriores ocasiones y la noche del viernes, con otro lleno, no iba a ser menos. Con más motivo si detrás del nombre de Ninety Miles, las famosas noventa millas que separan la costa norte de la isla con la península de La Florida, estaba el talento de dos músicos bien conocidos del festival, el saxofonista David Sánchez y el trompetista Nicholas Payton. Junto a Stefon Harris, excelso intérprete de marimba y vibráfono, exóticos instrumentos de los que no hay muchas ocasiones de disfrutar, ambos lideraban una formación de lujo con músicos procedentes de uno y otra lado del estrecho de la Florida. El origen del proyecto es un disco publicado el año pasado por el sello Concord, empeño de Harris y Sánchez con el trompetista Christian Scott (sustituido en esta ocasión por Payton), grabado en La Habana en una semana con músicos de la isla, en lo que constituía un desafío no solo musical sino con connotaciones políticas. El repertorio que desplegó el septeto la noche del viernes estuvo basado por completo en los temas de este trabajo, conformado por composiciones originales, sobre todo de Stefon Harris y David Sánchez. A pesar de los antecedentes, y conservando vetas de genuino sabor habanero, se trata de una apuesta audaz que mira al futuro en lugar de regodearse en los siempre bien aceptados clichés del latin jazz. Y ahí es donde reside su mayor logro: sin dar la espalda a un innegable poso caribeño que rezuman todos los temas, la propuesta va más allá y ofrece una lección de jazz sin etiquetas, actual y atemporal, y de alta graduación. Así el grupo escogió seis de las nueve piezas que conforman el álbum, y estirándolas al antojo de los músicos, ofreció -a la hora de escribir estas líneas aún a falta de saber que hará el trío de Kenny Barron- los mejores momentos de la actual edición. El colofón lo puso en el bis Nicholas Payton con I wanna stay in New Orleans, un regalo con aroma de blues, y la única concesión fuera del excelso proyecto Ninety Miles.

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