Agosto en La Zubia es sinónimo de arte gracias al Festival Internacional de Poesía que dio por finalizada su XVII edición este pasado martes. Bajo el lema En el corazón de la palabra libertad, poetas, artistas y músicos de todas las partes del mundo se han reunido estos días para rendir su pequeño homenaje a la cultura. 

El coronavirus ha obligado al festival a adaptarse a la situación actual, ofreciendo en streaming, a través de la plataforma YouTube, los encuentros que se han celebrado estos tres martes de agosto. Tras el éxito de la semana pasada, única velada que contó con la presencia de público y en donde se entregó a título póstumo el IX Premio Internacional de Poesía a Zindie Mandela, han regresado con más fuerza para poner punto y final a esta edición. 

Esta última cita comenzaba a las 21:30 horas situando al espectador a través de un bonito recorrido virtual por este pueblo granadino. Paseo guiado por una preciosa sinfonía clásica, que ha sido el hilo conductor de las tres noches.

Rosa Gamero, concejala de Cultura de La Zubia, fue la encargada de abrir la noche. Expresó su deseo de poder “encontrarnos de nuevo el año que viene”, pero en otras condiciones. “Hemos echado de menos el bello laurel de la reina”, haciendo alusión a la necesidad de cambiar el lugar de realización por culpa del Covid-19. Asimismo, manifestó que habían echado en falta contar con la presencia de público, con el que poder disfrutar de estas bonitas noches culturales. "Es rarísimo hablarle directamente a una cámara", aseguró más tarde Enríquez. 

Por su parte, el director del festival, Pedro Enríquez, recordó con cariño los inicios del festival y recalcó la situación tan excepcional que estábamos viviendo. Como en el resto de veladas, presentó a las y los protagonistas de la noche. 

La violinista japonesa, Atsuko Neriishi, se hizo cargo del preludio interpretando la famosa Partita n.º 1 Allemanda, de Johann Sebastian Bach.

La multiculturalidad, protagonista del cierre del festival

Los primeros versos en salir en pantalla fueron los del poeta rumano asentado en Madrid, Gelu Vlasin, fundador de la corriente literaria deprimism en su país. Aunque la mayoría de sus poemas están escritos en su lengua natal, también escribe en alemán, francés y español. Para el Festival de La Zubia, recitó La mano, Madre y El último aliento, de su poemario El último aliento (2017) y Preinfarto, de Ayla (2019).

Desde Irak, Hussein Nhaba nos deleitó con Tristeza de la tarde. El poeta y escritor, cuenta con once libros traducidos al español, siete poemarios y dos piezas teatrales.

Stefania Di Leo, profesora y traductora, repasó su último libro con Eterno instante, En un rincón de silencios, Tres haikus para la sakura y Apolo. La italiana cuenta con varios poemarios escritos y adora Granada, ya que aquí realizó sus estudios centrados en Federico García Lorca. Terminó su intervención con un bonito poema dedicado a esta ciudad que tanto le ha dado

El poeta Victor Oliveira intercaló el portugués y el español, resaltando la multiculturalidad que se está apreciando a lo largo de esta velada. 

El colofón poético lo pusieron dos eminencias de las letras, Federico Bermúdez Cañete y Ginés Liébana. El primero nacido en Madrid de padres andaluces, forjó su carrera docente en la ciudad de Granada. Sus poemas giran en torno a la naturaleza, la soledad y el silencio. Bermúdez Cañete recita, con mucho cariño, un poema en honor a un árbol, un tilo, que plantaron sus antepasados en la Huerta Grande. Asimismo es especialista en la obra de Rilke, por lo que no pudo faltar su pequeño homenaje personal. 

Ginés Liébana, junto con sus versos y sus pinturas (el pájaro y la flor del programa del festival son obras suyas), cierra el ciclo de poesía de El Laurel repasando su trayectoria literaria.

Cuando la poesía y la música se suben juntas al escenario

Pedro Enríquez, director del festival, y Fuera de Lugar, un grupo granadino de pop/rock, se han unido para crear un espectáculo “único y especial”. Han aprovechado la ocasión para presentar un proyecto colaborativo muy interesante: “hacer canciones de los poemas de Enríquez”, expresa Antonio Galiano, teclista del grupo.

Sin duda, ha sido la gran sorpresa del festival. Galiano ha asegurado estar muy ilusionados con el proyecto. “Queremos crear un espectáculo donde juntemos la poesía y la música, y cuidar un poco más la escenografía”, añade. 

Por ahora no tienen fecha de lanzamiento, pero están trabajando para enriquecer el proyecto y poder ofrecer un show cargado de emociones. Además,“no sabemos qué va a pasar con los espacios escénicos en los próximos meses con el tema del coronavirus”, concluye. 

Como hemos podido comprobar a lo largo de estas tres semanas, la cultura consigue que nos olvidemos un poco de los problemas. Nos hace libres de pensamiento. Cuidémosla.