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Del grafiti a las galerías

  • El Ayuntamiento expone en el Rey Chico una muestra especialmente diseñada por el jiennense Miguel Ángel Belinchón, uno de los grafiteros más internacionales del país

De los muros de las calles al calor de las galerías. La obra de Miguel Ángel Belinchón ha pasado del mundo del grafiti a ser exhibida ahora en lugares como el Centro Municipal de Arte Joven Rey Chico en una exposición, titulada Belin, que el artista jiennense ha realizado expresamente para ese lugar. En ella, Belinchón muestra su magistral técnica que aborda tanto el spray como el óleo, el acrílico o la escultura. La muestra podrá contemplarse hasta el 4 de febrero.

Se trata de una curiosa iniciativa municipal que ya tuvo su primera iniciativa el año pasado, con una muestra dedicada al Niño de las Pinturas, según explicó ayer la responsable de Juventud del Ayuntamiento de Granada, María Francés. "Lo que nosotros queremos es desmitificar el lado negativo que se le da a los grafitis y también hacer un llamamiento a los jóvenes que realizan ese arte para que se conciencien de que no se puede pintar en monumentos o en el patrimonio cultural", dijo ayer.

Miguel Ángel Belinchón es un artista que ha conseguido ya el reconocimiento internacional. Ha expuesto su obra en países como el Reino Unido, Estados Unidos, Croacia, Bélgica o Italia. Defiende al ultranza la vigencia del grafiti. "Es algo que nos ayuda a aprender muchísimo, a tener otra capacidad dimensional de la pintura", explica. "Hemos pintado tanto y ensayado tanto que tenemos otra concepción del arte".

Belin es una exposición dividida en tres partes: una primera, denominada Títeres, en la que el artista ha dibujado el rostro de sus amigos estirados por cuerdas reales en un extraño juego de agudeza visual. "Se trata de una crítica respecto a cómo nos fuerza la sociedad, cómo hace que nuestros rostros se deformen". La segunda parte de la muestra se titula Autómatas autosuficientes y muestra escenas de autómatas que pueden construirse sus propios automóviles. "Es una forma de decir que cada uno puede conseguir las cosas que desee". La última parte de la muestra se centra en rostros de gente entristecida y nostálgica porque ha perdido a alguien o ha perdido su infancia.

Al grafitero, que hoy ya vive exclusivamente de su pintura, iniciativas como ésta de exhibir el arte de la calle en el Rey Chico, le parecen excelentes. "Hay verdaderos creadores en el mundo del grafiti", señala. "El Ayuntamiento debería preocuparse por cuidar a autores como El Niño de las Pinturas, porque, salvando las distancias, es un poco como García Lorca: no puedes perseguirlo ahora y dentro de cincuenta años reivindicar su figura y sentirte orgulloso de que era de Granada".

Sobre la dicotomía municipal de, por un lado, perseguir a los grafiteros y por el otro, hacer exposiciones con sus obras, Belinchón es certero: "Yo soy de la opinión de que un monumento es un monumento y debes respetarlo. Pero todos hemos empezado pintando nuestra firma en las ciudades. El problema de Granada no creo que esté en la firma de la gente en una calle. Habría que preocuparse por otras cosas". Contemplando su obra en el Rey Chico, el visitante comprende que cuando el arte surge de la calle, es arte auténtico.

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