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Una gran batuta para una gran orquesta

La Orquesta Ciudad de Granada recibió con los brazos abiertos la visita de Pablo Heras-Casado, uno de los directores de su generación de mayor proyección internacional. Pablo Heras, que este año se ha hecho cargo de la dirección del Festival Internacional de Música y Danza, comentaba hace poco a nuestro periódico que disfruta de cada visita a su ciudad natal, de la que es embajador cultural y en la que siempre ha recibido una calurosa acogida. No es la primera vez que dirige nuestra orquesta, y siempre lo ha hecho ofreciendo toda una lección de profesionalidad y profundo conocimiento musical. En esta ocasión, se subió al podio de la OCG con un programa romántico integrado por las primeras sinfonías de Schumann y Brahms, dejando claro que en cuestión de interpretación tiene las ideas muy claras y un amplio bagaje a sus espaldas.

Frente a sí Pablo Heras-Casado se encontró con una orquesta entregada, pese a no estar pasando por su mejor momento debido a los problemas económicos que recientemente han sido difundidos por la prensa, y que todavía esperan una solución satisfactoria. El respeto y cariño de la abrumadora ovación con la que el público recibió a la OCG a su entrada en el escenario fue muestra sobrada de lo arraigada que está en nuestra ciudad, y de la alta valoración de su labor por parte de la sociedad granadina. Con esta calurosa acogida, director y orquesta dieron lo mejor de sí y ofrecieron un concierto memorable, vibrante y de alto nivel artístico.

Heras-Casado ha encontrado una orquesta entregada, pese a su situación

La primera parte se dedicó por entero a la Sinfonía núm. 1 "Primavera" de Robert Schumann. La construcción de cada movimiento por parte del director estuvo al margen de toda duda artística, rallando las cotas de calidad de otras grandes batutas que se han acercado a este repertorio. Los attacca, los tempi y las dinámicas estuvieron muy bien definidos, y la concepción temática de la melodía, a veces intercambiada entre los distintos timbres orquestales, se subrayó diáfana y comprensible. El poderoso primer movimiento fue seguido por un suave larghetto lleno de ternura, y de un scherzo de aires beethovenianos con un expresivo doble trío, para concluir con el vigoroso Allegro animato e grazioso final de gran energía. La ductilidad de nuestra orquesta fue bien aprovechada por el director, que construyó un discurso lógico y optimista potenciando en todo momento cada timbre, cada motivo, en una dialéctica perfectamente compensada.

Por su parte, la interpretación que Pablo Heras concibió de la Sinfonía núm. 1 de Brahms en la segunda parte del concierto fue sencillamente sublime. Pese a tratarse de una de las obras sinfónicas del romanticismo más interpretadas, esta hábil batuta supo extraer toda la esencia de la partitura y hacerla comprensible al público siendo fiel al espíritu de la obra. No en vano, se trata de una partitura muy compleja desde el punto rítmico y tímbrico, y que requiere de un perfecto balance entre los efectivos orquestales y de un sentido interno de la métrica preciso y claro. Nuevamente, la sombra de Beethoven se proyecta en la construcción formal de la sinfonía, pero con una efectividad sonora más romántica en la tímbrica y un mayor desarrollo motívico. Particularmente cuidado y bello fue el diálogo entre oboe de Eduardo Martínez y violín de Friedeman Breuninger en el segundo movimiento, obteniendo la debida réplica por parte de la orquesta, o el anuncio de las trompas del tema principal en el cuarto movimiento. Pablo Heras-Casado demostró dominar todos estos elementos, y construyó una versión de la sinfonía vibrante y apasionada, que no dejó indiferente a una audiencia que aplaudió prolongadamente hasta ruborizar al director.

Pablo Heras-Casado, de gesto preciso y rico en matices, demostró una vez más su profundo conocimiento de la realidad orquestal, evidente en su búsqueda de control y su exigencia expresiva. La prolongada ovación del público supuso un bien merecido triunfo para el director y para la OCG, que evidenció estar en un magnífico momento artístico y ser un valor seguro de la Cultura en nuestra ciudad.

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