El metal granadino goza de buena salud, a pesar de los contratiempos coyunturales que afectan a la música de la ciudad. Demiurgo, con diez años de experiencia como banda, son la prueba inequívoca de que Granada es algo más que pop y rock. Han traspasado las fronteras provinciales y están metidos de lleno en la búsqueda y captura de su merecido reconocimiento nacional.

"La mayoría de los grupos con los que empezamos se han extinguido o han mutado", afirma la propia banda. En la música no es tarea fácil sobrevivir durante más de diez años sin perecer en el intento, pero los componentes de Demiurgo tienen claro que "mientras haya un escenario donde poder subir a dar conciertos, habrá motivos suficientes para seguir".

El placer de tocar por tocar les ha llevado a experimentar sonidos que, sin moverse del metal, han permitido evolucionar su producción musical "desde lo más extremo a lo mas tranquilo" sin que les importe estar traicionando ninguna etiqueta. A esto ha contribuido en gran parte su productor predilecto, David Castro, que marcó un antes y un después en el sonido propio del grupo, potenciando su estilo y magnificando sus virtudes y corrigiendo sus defectos.

El propio demiurgo ha conseguido que la banda cuente, a día de hoy, con tres discos largos. El primero, de nombre El primer día del mundo, nació un par de años después del nacimiento de la banda. Significó un pequeño golpe sobre la mesa de los granadinos. Dos años más tarde sale a la calle su segundo LP. Al igual que en el primero, cuentan con David Castro para grabar y producir otro cuidadísimo trabajo con la marca metalera de la casa. Este mismo año han publicado un tercer disco: La virtud del invitado. Este largo, que ha visto la luz por partes a través de tres EP, les ha dado la oportunidad de viajar a Nueva York con el fin de masterizar el disco con la discográfica UE Nastasi, que ha trabajado con bandas como AC/DC, Sepultura o Slipknot. La banda cree que "ha sido una gran experiencia, la cual ha permitido dar un salto cualitativo importante en las grabaciones".

Esta parada en el Zaidín Rock es una más dentro del circuito nacional que recorren cada año, pero tocar en casa es siempre un dulce de los de agradecer. "Este es el escenario que todo granadino espera pisar alguna vez en su vida. A nosotros nos ha costado diez años. Esperamos estar a la altura de las circunstancias y que no sea la última", apuntan los músicos de Demiurgo.

La veteranía adquirida a lo largo del tiempo ha conseguido que la banda ofrezca unos potentes y contundentes directos en los que se destila energía. El repertorio de Demiurgo está compuesto "pensando en estallar a la hora de actuar", algo que, reconocen, les pasa factura: "Luego tardamos en recuperarnos un buen rato. Ya no tenemos 18 años, pero esto nos mantiene en forma".

Demiurgo es, junto a Hora Zulú, el máximo exponente del metal granadino, y valora positivamente la generación viniente de la escena local. Están desapareciendo poco a poco los prejuicios de este duro estilo musical. Se le está perdiendo el miedo a oír sangrar las guitarras. La dosis de música rabiosa ya está disponible en el Zaidín Rock más cercano.

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