Federico García Lorca fue principalmente un poeta, pero una figura tan polifacética presenta muchas más facetas: sobre todo de dramaturgo, pero también de músico, pintor, conferenciante e incluso guionista de cine. Esa ese uno de los aspectos menos conocidos del autor de Fuente Vaqueros. La Diputación de Granada ha decidido impulsar un proyecto para divulgar la relación “tan notable y desconocida” de García Lorca y el cinematógrafo. Así los explicaba ayer la diputada de Cultura, Fátima Gómez Abad, en el acto de presentación del libro Viaje a la luna, título del único guión que escribió Lorca y que ahora ve la luz con edición del catedrático de Historia y Teoría del Cine Ángel Quintana.

Con la huella del aliento de José Luis Chacón en su nueva etapa al frente del Patronato García Lorca tras su paso por la Filmoteca de Andalucía y la dirección de varios festivales de cine, el libro no sólo recupera una de las facetas menos conocidas del poeta también un guión cuyas anteriores ediciones se encuentran ya agotadas.

“Federico no publicó mucho en su corta vida pero a pesar de ello hoy es uno de los escritores españoles más prestigiados del mundo. Viaje a la luna, de 1929, es la única inmersión formal de Lorca en el cine. Y nació con la esperanza de que fuera rodada y exhibida, lo que sucedió casi setenta años después, cuando fue adaptada por Frederic Amat en 1978 con el beneplácito de la Fundación García Lorca”, detalló Gómez Abad sobre este guión.

Ilustración de Frederic Amat para Viaje a la Luna

Este trabajo del autor de Yerma, tal, como manifestó la diputada, “es heredero de la propia metáfora de Lorca sobre la luna y la admiración de toda una generación por el séptimo arte. Pero también puede rastrearse en él trabajo lorquiano, El paseo de Buster Kiton, y la influencia mutua que pudo haber con amigos como Buñuel o Dalí”.

De todo ello habló ayer Quintana, a quien la diputada definió como uno de los “representante de la nueva generación de especialistas en el Cine de Vanguardia”. El catedrático ha publicado varios textos sobre Lorca y monografías de cineastas como Fellini o Renoir. Además es autor de Fábulas de lo visible. El cine como creador de realidades (2003) o Después del cine. Imagen y realidad en la era digital. (2012).

El crítico de cine de la revista Caimán ha anotado y prologado esta edición, en la que se propone un diálogo de Viaje a la luna con diversos títulos de la historia del cine que puede servir para un proyecto de indagación posterior. “Es un acercamiento y requerirá un flujo de investigaciones que estamos seguros que se producirán en el futuro”, comentó la diputada, para quien tanto el libro como la conferencia de ayer también serán “el prólogo a diferentes ciclos de cine que confiamos puedan celebrarse más adelante te y que forman parte del proyecto Mar de lunas que recoge la conexión y la vida y obra de Lorca con el cine”.

La vinculación de Quintana con Lorca viene de largo, de un estudio que realizó para la colección editada en francés Cine de los poetas. “En aquel momento entré en el mundo de Lorca”, cuenta el catedrático sobre ese recorrido personal que ahora tiene una segunda fase con la edición de Viaje a la luna, “escrito en una tarde en Nueva York con unos amigos”. Un trabajo en el que “Lorca anota un proyecto de guión, algo instantáneo, que abre unos caminos”. 

Para el investigador, lo primero es señalar “la importancia de la existencia de esta obra, con independencia de que luego se convirtiese en película o no”: “Demuestra que Lorca estaba atento al papel que tenía el cine en el contexto de las Vanguardias y que esto lo sabía por las sesiones en la Residencia de Estudiantes, entre otras, o por su relación con Buñuel y Dalí”.

En segundo lugar, eso es fundamental para reconsiderar su figura, “pensarlo no sólo como poeta y dramaturgo, sino como un hipotético artista interesado en todas las artes de su tiempo”. “Mucho se ha hablado de que existe un Lorca que se siente atraído por la música, la poesía, el teatro, la prosa... y por qué no un Lorca que si quería estar a la vanguardia o quería transformar la poesía hacia las artes visuales tenía que estar presente el cine”.