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La historia del piano, a golpe de tecla en la Real Chancillería

  • Soler, Haydn, Liszt, Albéniz y Debussy protagonizan hoy el programa de Ignacio Arrojo en el FEX

Ignacio Arrojo, el ganador del primer premio del Certamen Intercentros Melómano 2016 -motivo que le ha hecho estar en el FEX este año-, rememora entre risas la primera vez que estuvo cerca de tocar un piano. "Aquel contacto inicial con la música fue gracias a los típicos juguetes que te regalan de niño. Me acuerdo de un teclado con las teclas naranjas y amarillas", cuenta el pianista placentino que hoy intepretará, ya más crecidito, un programa de altura en la Real Chanchillería a partir de las 21:00. Soler, Haydn, Listz, Albeniz y Debussy, "grandes maestros", en palabras de Arrojo, serán los protagonistas de un "viaje por todos los siglos de la música, menos el XX", señala el joven músico.

El inicio de la carrera artística del estudiante, que cursará último año en el Conservatorio Superior de Badajoz en unos meses, no se ha caracterizado por la precocidad. Tampoco tiene reparo en admitirlo porque se dedica a lo "más" le gusta "en el mundo". "No empecé con cinco años, como se leen en los currículos de algunos pianistas internacionales, ni tengo familia que se dedique a esto. Sin embargo, no hay otra cosa que me llene. Todo empezó como una actividad extraescolar a los 11 años. Me quise apuntar al conservatorio, pero como no tenía conocimiento ninguno no me cogían y siempre quedaba atrás porque no sabía cantar. Al final lo conseguí", relata entusiasmado.

Al final lo cogierón, sí, pero no en lo que quería "inicialmente": el saxofón. "Justo ese año no quedaban plazas para este instrumento, me decanté por el piano y hasta hoy. Surgió de manera muy natural. Y partir de entonces me lo tomé de manera muy serio", explica el intérprete que estudia, "de media", diez horas al día. Cuando se le pregunta que qué opina sobre la gente que dice que si no se triunda a temprana edad no se es nadie, Arrojo no duda en contestar de inmediato: "A lo mejor no me hubiera gustado tan pequeño y lo hubiera dejado de lado".

En cuestión de un año, el joven alumno tendrá que decidir qué máster hacer. "Aún no lo sé, pero España seguro que no. Me apetece Estados Unidos, Alemania. Espero poder optar a una beca porque si no sé cómo lo voy a pagar", reconcoce justo antes de entrar en detalle sobre el programa que presenta hoy en la extensión del festival. "Todos dentro de sus estilos son geniales y si me tengo que decantar por uno sería Albéniz. Tocaré dos sonatas del padre Antonio Soler; una sonata de Haydn -la nº 31-; la Leyenda nº 2 de Liszt, que tituló San Francisco de Paula caminando sobre las agua; dos preludios de Debussy; y para el final El Polo Albéniz", desgrana. La historia del piano contada por un talentoso joven que reconoce escuchar "a veces heavy metal y rap americano".

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