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'24 horas en la vida de una mujer': Stefan Zweig 'le canta' a la fémina libre

  • El Teatro Isabel la Católica acoge hoy el estreno de la adaptación teatral de la novela del escritor con Silvia Marsó como protagonista

  • "Es el personaje más completo que he hecho", admite la actriz

Cuando Stefan Zweig publicó 24 horas en la vida de una mujer la fémina estaba reivindicando en la mayoría de países su derecho al voto, y por supuesto seguía plegada a las imposiciones sociales de la época. El escritor austríaco narraba en esta novela la historia de una aristócrata que vive, en apenas un día, una experiencia que le transforma la vida y le hace enfrentarse a todos sus principios vitales y morales. Silvia Marsó, la actriz que encarna este papel el fin de semana en el Teatro Isabel la Católica, la define como una mujer "cuya vida ha sido organizada por su familia debido puramente a su estatus y a su condición de mujer, por lo que nunca pudo tomar decisiones, ni ser dueña de su propio destino".

La vida de la protagonista cambia radicalmente cuando pierde a su marido y sus hijos vuelan del nido. Ella cae en una profunda depresión, lo que le obliga a salir huyendo para recuperar las ganas de vivir. Es entonces, en el casino de Montecarlo, cuando conoce a un joven ludópata que ha perdido todo su dinero en la ruleta. "A partir de ese momento, varias circunstancias del destino la llevan a vivir una situación límite en la que tiene que tomar las riendas de su vida por primera vez", explica la intérprete catalana, que afirma que "hoy día el personaje sería muy distinto", pero cree que "la libertad en la mujer sigue siendo algo, en muchas ocasiones, utópico porque estamos condicionadas por el entorno, el qué dirán, la familia, la religión". "El individuo en nuestra sociedad no puede elegir libremente qué vida llevar, por eso es tan difícil vivir una existencia coherente con tu forma de ser y de pensar", reflexiona.

El nuevo director del Teatro de Almagro, Ignacio García, encabeza el equipo técnico

Marsó, lectora asidua de Zweig, decidió producir la obra en España tras ver la adaptación musical del libro en París -y se estrenó además en el 75º aniversario de la muerte del escritor austríaco además-. "Lo que cuenta es muy necesario. También lo que hace preguntarnos. ¿Estamos viviendo como de verdad queremos? ¿Es coherente nuestra vida, nuestra forma de sentir, con lo que estamos haciendo? Es una reflexión que todos deberíamos plantearnos en algún momento de nuestra vida", recalca la productora del espectáculo dirigido por Ignacio García, el nuevo director del festival de teatro de Almagro. El montaje también plantea otras cuestiones, todavía tabú hoy día, como la relación entre una mujer madura y un hombre joven. "Ese es otro de los tabús sociales con los que rompe la protagonista. No se permite que una mujer sea libre y se enamore de un joven, sin embargo un hombre mayor si puede tener una novia jovencita. Esto con el tiempo cambiará, pero poco a poco. Pasarán muchos años hasta que consigamos la igualdad absoluta", reconoce la actriz catalana, que defiende que "las mejores obras de teatro son capaces de cuestionarte tu propia existencia y ponen en jaque tus convicciones".

La adaptación de Christine Khandjian y Stéphane Ly-Cuong, estrenada con éxito en París, está dirigida en su versión española por García, y protagonizada -y producida- por Marsó, a la que acompañan en escena Felipe Ansola y Víctor Masán (o Germán Torres), junto a un ensemble de piano (Josep Ferré / Carlos Calvo Tapia), violín (Gala Perez Iñesta / Silvia Carbajal) y violonchelo (Irene Celestino Chico / Álvaro Llorente).

La intérprete con un amplio currículum en cine, televisión y teatro afirma que "a partir de los 45 años es mucho más difícil trabajar en el audiovisual". Sin embargo, en las artes escénicas no tiene problema porque "los grandes personajes de la historia del teatro se han escrito para mujeres de cualquier edad: Julieta, Hécuba, Lisístrata". "Lorca también escribió grandes personajes femeninos", añade Marsé, que dice que tiene "la suerte" de interpretar roles acordes con su edad y su evolución artística. Este último, admite, "es el mas completo porque la protagonista pasa por la alegría, el dramatismo, la madurez, la vejez. Canta, baila. Es un personaje profundo, completo, inocente y lleno de vida". Stefan Zweig le canta a la mujer libre, y lo hace con un elenco inmejorable.

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