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Un texto inédito de Delibes sobre Antonio López verá pronto la luz

  • El novelista vallisoletano escribió unas palabras dedicadas a su amigo pintor que se publicarán próximamente en una edición especial sobre la obra del artista

El novelista vallisoletano Miguel Delibes, fallecido en marzo de 2010 a los noventa años, dejó un texto inédito sobre la figura de su amigo Antonio López como colaboración a una edición especial, que se publicará próximamente, dedicada a la obra pictórica y escultórica del artista de Tomelloso, uno de los más influyentes en todo el mundo en la actualidad.

Según adelantó ayer el diario El País, el texto formará parte del libro Antonio López. Pintura y escultura, que la editorial TF publicará el próximo mes de julio. Esta editorial ya publicó hace unos años el primer libro dedicado a los dibujos de Antonio López, Antonio López. Dibujos, que reunía entre sus páginas una selección de sus mejores obras en este formato, elaborada por el propio López y su hija María.

En esta ocasión, el texto que aporta el autor del celebrado Los santos inocentes, Premio Cervantes en 1993 y Premio Nacional de las Letras Españolas en 1991, entre otros reconocimientos, muestra la admiración sin condiciones que sentía hacia la persona y la obra de Antonio López.

La edición especial de este libro llegará a tiempo para arropar el regreso del artista a Madrid, de donde ha estado ausente durante casi veinte años, con una muestra antológica de toda su carrera que incluye 130 obras (pinturas, dibujos y esculturas) que será inaugurada por los reyes de España el próximo día 27 de junio en el museo Thyssen de la capital.

La pieza literaria que se publicará el próximo mes, y que es en sí un tributo a la obra del artista, encierra tesoros tan curiosos como el relato del escritor del modo en que una tarde, en la casa del escritor en Valladolid, Antonio López le midió la cabeza para hacer una de las tres esculturas que tenía en mente: las de sus amigos Miguel Delibes, Antoni Tápies y Rafael Sánchez Ferlosio.

"Lo vi, lo visité, volví a verlo, a hablarle, él en Madrid, yo en Valladolid, pero el tiempo pasaba sin que nuestras relaciones progresaran. Transcurrieron más de tres décadas con infrecuentes encuentros, al cabo de las cuales fue Antonio López el que llegó a mí a través de un amigo común. "Cuánto habíamos envejecido! Antonio Piedra portaba la gran noticia: "A Antonio López le gustaría hacer tu cabeza en bronce", me dijo", relata el escrito.

El texto también desvela, en otro momento, la admiración del escritor de El camino por la obra de su amigo Antonio López: "Deslumbrado por la magia del pincel de Antonio López, fui de los primeros en acercarme a su obra. "Para qué? ¿Y quién lo sabe? Yo buscaba algo, una muestra, una aproximación a su genio", dice el escritor en el escrito.

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