música hoy

"Hemos intentado lanzar el mensaje de que todo es posible"

  • Después de recorrer más de medio mundo con su arrolladora fusión de ritmos, Ojos de Brujo pone fin a una década de música con un concierto en la Fiesta del Espárrago

Reconocen que, a medida que van pasando los días, la mezcla de alivio y de tristeza se equilibra a partes iguales. Ojos de Brujo pone fin a su proyecto para arrancar muchos otros nuevos y lo celebra como mejor sabe: sobre el escenario. En su última actuación en Andalucía, la banda se suma esta noche a la Fiesta del Espárrago Verde de Huétor Tájar junto a Chocolata, Lomowar y dj Josepo.

-¿Por qué era ahora el momento de decir adiós a Ojos de Brujo?

-Imagino que en un momento dado tomas una decisión por varios factores, como coger oxígeno y renovar energías. Un grupo de música, al fin y al cabo, es un grupo de gente, y en él pasas por varias etapas. La mayoría han sido muy buenas, pero también pasas por momentos de incertidumbre, de diferencias de visiones... Decidimos darle un parón a esto y tomar perspectiva. A partir de ahí, este año parecía el más adecuado para hacerlo, porque cumplimos diez años, que es una cifra redonda, y acabábamos de sacar un disco muy de celebración y de despedida. A medida que se acerca la fecha no puedo negar que hay una mezcla de alivio pero también de tristeza y nostalgia. Siempre ansías lo que no tienes, y según nos vamos acercando a esa orilla vamos anhelando la otra.

-Ojos de Brujo ha sido una banda incombustible en sus directos, ¿la despedida tenía que ser sobre el escenario?

-No queríamos irnos sin más y esta gira tenía mucha coherencia con este álbum de colaboraciones. Nos apetecía hacer una gira, tener la posibilidad de viajar por toda España y por algunos países de Europa y dejar el listón alto, tal vez con la posibilidad abierta de que nos volvamos a juntar algún día en el futuro, pero aún no sabemos. Es el momento de respirar y tomar oxígeno y, a partir de ahí, dejar que crezcan nuestros proyectos en solitario.

-Un grupo como Ojos de Brujo requería mucha implicación y no sólo en el plano musical, ya que desde el principio tomaron las riendas y han sido sus propios managers, sus productores... ¿Ese trabajo de más puede llegar a ser contraproducente para los músicos?

-Totalmente. El hecho de estar pendiente de todo lo que pasa alrededor hace que las relaciones pasen por momentos más difíciles y que haya más tensiones que no tendríamos si nos dedicásemos a la música de lleno. De repente tienes que llevar la contabilidad, toda el área logística de una empresa y sus cuestiones legales y de organización. Es un lío... Cuando empiezas todo es nuevo y te encanta, pero a la larga ves que el factor experiencia es realmente importante. Uno es músico y en eso es bueno, pero no necesariamente lo es en otras cosas. Necesitábamos volver a priorizar; llegaba un punto en el que estábamos más volcados en la logística del grupo que en la parte creativa, y cuando ves que la balanza se desequilibra te paras y te das cuenta de que quieres volver a sentir lo que es este trabajo, que en el fondo es un trabajo de vocación.

-Los fans de la música de fusión no ganan para disgustos: primero ElBicho, ahora Ojos de Brujo...

-Será la década... Muchos grupos estamos cerrando un ciclo de diez años y eso te lleva a plantearte cosas. También está la crisis, para que nos vamos a engañar, porque no es tan factible vivir de poco con muchos integrantes, y eso obliga también a ciertas separaciones. Pero bueno, la música siempre ha sobrevivido y sobrevivirá a esto.

-En estos diez años, siempre se han caracterizado por no tener miedo a mezclar ni a jugar con los instrumentos y los ritmos, pero ¿cuál ha sido su gran logro?

-Imagino que girar por todo el mundo y sobrevivir haciendo con desparpajo lo que más nos gusta. También nos ha dado mucha ilusión el mensaje que hemos lanzado, y es que un grupo autogestionado puede triunfar a nivel internacional y que la fuerza humana va por encima de cualquier opresión de los medios o del sistema porque tenemos más libertad de movimientos si creemos en un proyecto. Se ha generado mucha fantasía en todos los núcleos que eran afines a nuestro estilo y ha generado una visión de que todo era posible.

-Se despiden con un disco, Corriente vital, en el que han puesto a cantar sus canciones a artistas muy diferentes. ¿Cómo surgieron tantísimas colaboraciones?

-Todo pasaba por un concepto diferente al tener productores, era la primera vez que nos pasaba y era raro eso de que otros cocinasen nuestros ingredientes, sobre todo porque nosotros ya sabemos cómo nos sale la receta. Nos pusimos a pensar y surgieron varios productores de todo el mundo con los que queríamos trabajar. Era un poco a la carta: íbamos a internet, buscábamos el nombre e intentamos contactar con todos ellos. Luego pensamos en los temas que queríamos trabajar y en quién nos imaginábamos en cada canción y también escuchamos las peticiones que nos hacían los artistas, como fue el caso de Bebe con Nueva vida o de Amaral con Corre, Lola, corre. Ha sido una experiencia genial.

-¿Quién demostró que podría haber sido uno más en Ojos de Brujo?

-A mí, personalmente, la que más me sorprendió fue Najwa Nimri con su versión de Lluvia; para nada me esperaba algo así. Tiene un color electropop que nunca habíamos tocado y fue muy curioso escuchar su versión tan dramática y teatral. La de Amaral también me cogió un poco por sorpresa. Me encanta como canta ella, no tanto algunas de sus canciones, pero la interpretación de Corre, Lola, corre me pareció super original y un trabajo bien hecho.

-¿Cuáles fueron sus sensaciones al echar la vista atrás y hacer memoria de lo que ha sido esta década?

-Hubo mucha nostalgia. Había algunos temas que nos hubiese gustado incluir pero que no han podido estar, sobre todo por la coherencia final del trabajo. El disco, en realidad, no es más que una fotografía del momento actual.Yo soy nostálgico y me gusta mirar al pasado. Supongo que idealizo mucho el pasado porque el mío ha sido bastante bueno.

-Esta gira pinta maneras de alargarse en el tiempo más de lo que creen...

-Ahora somos una versión reducida, no es el Ojos de Brujo de hace dos años, pero los que estamos tenemos muy buena sintonía y si hay que alargarlo los meses que sea se hará, aunque en octubre o noviembre nos tendremos que bajar del barco.

-¿Es pronto para saber los caminos que seguirán sus vidas por separado?

-Somos todos músicos, así que en esto seguiremos. Marina está haciendo canciones y mezclándolas para su disco, yo tengo un proyecto de colaboraciones con veinte artistas invitados de todo el mundo y en el que haya sólo voces, sin ningún instrumento... Javi y Carlos también andan con sus cosas... Habrá que buscarse la vida como podamos.

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