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"Cuando eres joven juegas con las formas, ahora quiero hacer cosas que sirvan"

  • Estrenará en el festival de Málaga 'Habitación en Roma', la evolución de una atracción lésbica con Elena Anaya en uno de los ejes · Fascinado con la Grecia clásica filmará la historia de Aspasia y Pericles

Con medio siglo de vida a sus espaldas, Julio Medem (San Sebastián, 1958) no piensa en replegarse. "Me he hecho a la idea de que soy un joven cincuentero", bromea. Y, por si quedara alguna duda de su ciclo vital, advierte: "He hecho menos de la mitad de lo que me queda por hacer". El cineasta vasco ha conseguido que su nombre remita a cierto cine de culto, y que su filmografía se pueda traducir en eso que llaman Universo Medem. Su ánimo se encuentra ahora en la cima de un proyecto que le mantienen en vilo. Cuando tenga tiempo viajará la Atenas del siglo V a.C. para recorrer la vida de Aspasia de Mileto. Mientras espera su abordaje, promociona Habitación en Roma, con la que clausurará el Festival de Málaga (22 de abril), el mismo que le entrega el Premio Retrospectiva Málaga hoy.

-La distinción que le entrega el festival incluye un repaso por toda su filmografía, ¿se reconocería en esa vuelta al pasado?

-Algo sí. Toda la intensidad que puse en cada una de mis películas está ahí, y en mí creó un vacío que luego tuve que llenar con lo siguiente. Cada película responde a aquel que fui. Y eso es precioso. Son ya 19 años desde que empecé a rodar Vacas y ocho películas.

-¿Su imaginario ha evolucionado con los años?

--Ha cambiado, quiero pensar que ese cambio significa evolución. Hay cosas que ya no podría hacer porque no me salen. He evolucionado hacia una necesidad de tener más compromiso con lo mejor de la humanidad, con cosas que tengan un espesor mayor. Cuando eres más joven juegas con las formas, buscas más tu identidad. Ahora quiero hacer cosas que sirvan, de mayor calado cultural e intelectual como la película sobre Aspasia, que también es emotiva, porque no puedo prescindir de la emoción.

-¿Cómo surgió esa mirada a la Grecia clásica?

-Me gusta muchísimo la historia, y cada vez más. Hace tres años empecé a leer a los griegos -lo sigo haciendo, leo todas las noches unas cuantas horas-, descubrí a Aspasia y Pericles y me planteé hacer algo. Como estoy tan fascinado con la Historia pretendo trasladarla al espectador a través de mi lenguaje.

-Habitación en Roma aborda una explícita relación lésbica entre Elena Anaya y Natasha Yarovenko, ¿buscaba la provocación?

-Quería naturalizar las relaciones. El hecho de que sea entre dos mujeres no es ni mejor ni peor. Lo que pretendo es que el espectador se identifique con la atracción que pueden tener dos personas, independientemente del sexo que sean. Hay un lugar común en esa fantasía: uno en un momento determinado de su vida conoce de pronto a alguien y se plantea qué puede ocurrir si se va una noche a una habitación de un hotel en Roma, hasta dónde dejas que la atracción se convierta en algo más, qué puedes llegar a contar de tu vida….

-¿La temática puede condicionar o limitar su distribución?

-Al contrario. Tiene una distribución estupenda en España, con 120 copias, y está vendida ya antes del estreno en muchos países, cosa única en mi trayectoria. En los más importantes de habla inglesa, entre ellos Estados Unidos -y es dificilísimo vender allí- Reino Unido y Australia. También en Japón , Rusia, México... me falta Italia, por ahora (risas).

-Tengo entendido que Kubrick se interesó por una de sus primeras películas, La ardilla roja...

-Cuando pasó eso yo estaba a punto de rodar Los amantes del Círculo Polar , mi cuarta película. Me gustó mucho que se interesara. Sé que compró una copia, porque solía hacerlo con las películas que le gustaba, para llenar su filmoteca. Imagínate, para mí es uno de los grandes maestros del cine mundial. Pero en ese momento me pareció extraño, me preguntaba ¿cómo es posible?

-¿La experiencia le hace despreocuparse un poco de los gustos del público?

-Yo me planteo al espectador en la medida en que yo soy espectador también. El espectador en plan genérico es muy complicado, tiene cantidad de capas y de matices. Yo no valgo para hacer ese cálculo. Cuando empecé a hacer películas las decisiones iban también en función de lo que a mí, como espectador, me gustaba. Pero mis gustos también como espectador se mueven. Yo también represento a muchos espectadores. Y sigo estando ahí, aunque a veces me equivoque.

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