La juventud vuelve su mirada a la poesía. Aunque se piense que en los últimos años los más jóvenes prestan más atención al teléfono que a los libros, hay una generación del futuro que llega pendiente de romper estos prejuicios. Jóvenes que leen, escriben y que llegan pisando fuerte para demostrar que saben de lo que hablan.

Alejandro García Quero estudiante granadino del Bachillerato de ciencias tecnológicas en el Instituto Generalife de Granada es el joven que se ha adentrado no solo en el mundo de la literatura y la poesía sino también en el de la autopublicación. Con tan solo 16 años ha recopilado en un libro 76 de sus poemas. Tras ganar algún concurso de relatos cortos se arriesga ahora con la publicación de su trabajo poético, en su poemario Algo sobre cuerpos celestes.

La idea de escribir siendo tan joven surge principalmente de la motivación de su entorno. No pensó en un comienzo en hacer ningún libro y si alguna vez había imaginado esa posibilidad la pensó como una narración y no con sus poemas. Sin embargo el apoyo de las amistades a su alrededor y de sus profesores ante su creación poética le ha empujado a dar el paso y atreverse a recopilar sus poemas en un libro. 

El apoyo de su entorno es un tema que se refleja fielmente en el poemario, donde la amistad está presente desde la página uno, dedicándole el libro a la amiga que le motivó para hacer esta obra.

Un libro marcado por sus experiencias, incluidas las lectoras. Su principal influencia, la que más le marcó para hacer poesía fue la obra Las flores del mal, de Charles Baudelaire, por su tratamiento en las realidades sociales.

En este libro, según explica el joven autor, no expresa solo lo que siente, también procura transmitir al lector experiencias que observa, lee o le cuentan otras personas. Trata de reflejar lo que pueden sentir. "Muchos de mis poemas en primera persona no se refieren a mi, sino a los sentimientos de esas otras personas que hablan por sí mismas. A veces ni siquiera son personas los que se expresan, sino objetos como un árbol, que cobran vida y contemplan escenas".

"He incluido poemas que ya había esbozado hace algún tiempo. Todo un capítulo, Fresco y empapado de palabras, recoge mis primeras poesías, que desde hace años iba escribiendo en trozos de papel o servilletas, en cualquier sitio donde pudiera cuando me venían las ideas", explica el autor. Luego las perfiló y fue añadiendo el resto. Con eso nos deja su libro en nuestras manos.