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Los libros electrónicos se fijan en el mundo del cómic

Los fans del cómic suelen ser mitómanos, amantes de ediciones antiguas y números raros, pero, como todos, se están enfrentando a una revolución tecnológica que en su caso puede relegar el tradicional soporte en papel en beneficio de 'tabletas' como el iPad de Apple, donde la tinta no huele, pero los colores brillan más.

En el Salón del Cómic de Barcelona, que acabó, se ha dado a conocer algún adelanto de lo que serán estos 'tebeos digitales', que en España comenzará a distribuir la plataforma Koomic, una tienda 'on line' especializada en este tipo de cómics, y que los lectores podrán leer a través de e-readers o tabletas digitales (iPad desembarca en mayo) y acumular en una biblioteca que no se llena de polvo y que ocupa poco espacio, ideal para apartamentos de solteros.

Las posibilidades comerciales del e-cómic se han multiplicado por la mejora de la calidad de las pantallas de los dispositivos portátiles (hasta hace poco la tinta electrónica no podía reproducir más de 16 tonos de gris y ofrecían una baja resolución).

Alex Samaranch, jefe de desarrollo de Koomic, explica que este cambio tecnológico ha sido el principal revulsivo: "Los dispositivos anteriores no daban calidad para una experiencia digna de lectura de cómics a color; el iPad sí y, junto a la de Apple, habrá muchas tabletas a precios razonables, eso va a ser la clave".

Al igual que el mundo del libro se ha revuelto ya por la pujanza del e-book, el sector del cómic ve con expectación la repercusión que pueden tener estos nuevos soportes en la distribución de sus productos, pero también hay cierto temor por los efectos en el ámbito de la distribución y por el riesgo del pirateo de los e-cómics, como bien saben otras ramas de la industria de los contenidos culturales.

A este respecto, Samaranch recalca que la piratería no es algo nuevo en el sector. "Prácticamente todas las novedades de cómics que están saliendo al mercado han sido pirateadas digitalmente y están disponibles de forma ilegal; para luchar contra esto hay que dar una oferta a precio razonable, más barato que el que se ofrece en papel", remarca.

Koomic está preparando su salida al mercado para finales de mayo, y de momento ofrecerán unos sesenta títulos de editoriales como Glenat, Ediciones de Ponent, Diábolo, Dolmen, entre otras.

Se trata de una empresa vinculada a Esde-Comic, una sociedad montada por varias empresas españolas del sector, que ya distribuía ediciones en papel. "A nuestros clientes les teníamos que ofrecer contenidos en soporte digital", argumenta Samaranch, que indica que en EE.UU. ya llevan tiempo experimentando con estos soportes, que pueden incluir "contenidos extras", una ventaja sobre el papel.

"Hasta ahora, si no se ha extendido más ha sido por cuestiones tecnológicas, pero con el nuevo lector, más ágil, móvil y cómodo, que se puede utilizar en casa sentado en un sofá, se va dar un gran paso adelante", indica este experto, quien, no obstante, cree que el cambio será paulatino, porque a los lectores de cómics les gusta mucho el papel.

"La intención no es sustituir uno por otro, sino buscar el camino para compartir los dos formatos. El papel no va a desaparecer, ni muchísimo menos; hay formatos, sobre todo los de lujo, que ofrecen una experiencia 'olfativa', táctil, que el digital no puede sustituir, aunque el cómic a color se ve muy bien con pantalla retroiluminada; pero creo que convivirán los dos", augura.

A pesar de esta visión optimista, otras voces temen que la nueva coyuntura, marcada por una edición no física del cómic, ponga en peligro las vías para poder amortizar la edición; es decir, el eterno problema de cómo cobrar a los usuarios en un mundo cada vez más acostumbrado a ese "todo gratis" que para muchos, sobre todo los más jóvenes, es internet.

"Nuestra gran esperanza es que todo esté preparado para que cuando los chicos que son nativos digitales tengan estos contenidos preparados puedan acceder a ellos", comenta Samaranch.

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