arte

Esa línea sinuante y sinuosa

  • Paola Isabel Santos es una joven con su carrera de Bellas Artes recién terminada, pero que posse un poderoso sentido artístico

Desde aquella primera promoción que salió de la Facultad de Bellas Artes de Granada hasta hoy, la institución universitaria que se encuentra en lo que fue el antiguo manicomio granadino sigue formando artistas que, en poco tiempo, manifiestan un auténtico sentido de lo que es el verdadero arte contemporáneo, ese que puede acoger los más amplios desarrollos y los más variados planteamientos sin ningún complejo. Significativos nombres que copan los mejores catálogos de la plástica actual salieron de las aulas granadinas y continúan haciéndolo de forma manifiesta. Precisamente el taller donde se presenta la exposición que, ahora, nos ocupa está dirigido por uno de los artistas con más carácter que, ultimamente, han salido de la Facultad Alonso Cano, Emilio Luis Fernández.

Paola Isabel Santos es una joven melillense, con su carrera recién terminada en la Facultad granadina, que el ojo sagaz de E. Luis ha sabido ver el poderoso sentido artístico que posee y llevarla hasta ese espacio de la calle Cañaveral que, últimamente, se ha convertido en una de las mejores referencias expositivas que existen en Granada para conocer el trabajo de los más jóvenes y con mucho que decir, así como el de artistas con una obra asentada y autores de segura solvencia. Las estancias expositivas de este verdadero centro de creación se llenan de un dibujo determinante, espectacular, de una fina elegancia que es la base de una pintura ilustativa muy bien acodicionada en todos sus elementos conformantes para suscribir una bella historia protagonizada por una joven que marca su inocente territorio pero que atrapa la mirada de un espectador que queda absolutamente seducido por esas armas femeninas tan convincentes, entre ingenuidad, pícara inocencia y suprema voluptuosidad.

La joven artista nos plantea una serie de dibujos, en distintos formatos, que dicen muy a la claras del dominio de la realidad artística y su comodidad en tales situaciones; en ellos se nos adentra por un universo de sensualidad, de complíces guiños, de ingenuas miradas que provocan y todo como resultado de una exquisita pulcritud compositiva, de un dominio de la línea sinuosa y sinuante, de una sabia manipulación de color que potencia el conjunto y colabora a que el juego de complicidad, de presencias y ausencias, de síes y de noes, tenga una mayor contundencia.

Paola Isabel Santos consigue que el dibujo ilustrativo desarrolle una función artística y significativa poderosa, que amplíe las posibilidades semánticas de una obra, en apariencia frágil, pero que denuncia una actividad artística llena de potencia visual. La mujer de la artista melillense, casi una lolita, es consciente de su poder seductor y hace uso de él. Magnifica el peinado; lo convierte en un serpenteante postizo que atrapa la mirada expectante del que observa y lo somete a su infinito poder embaucador.

Estamos ante una joven artista, descaradamente joven diría yo, que sabe muy bien lo que hace y lo que quiere, que está segura en un medio al que domina y que, además, admite sus referencias, aquellas que provienen del poder dibujístico del manga, de la cercanía ilustrativa del pop americano y de los mejores ilustradores españoles, que siguen abriendo caminos por todo el mundo

La sapiencia artística de Emilio Luis Fernández, ese otro gran artista granadino, no podía quivocarse. La autora melillense está en la segura línea que lleva a un final esperanzador. Como así lo creemos, así lo constatamos.

Espacio Expositivo La Granja, Granada

Centro Cultural Unicaja, Málaga

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