cine

Las listas son para el verano

  • 'The New York Times' lanzó hace unos meses la primera patada a seguir de una nueva cadena de listas, debates y contra-listas respecto a las mejores películas de lo que llevamos de siglo

Ha pasado ya un año desde la publicación de la ya famosa lista de la BBC en la que 177 críticos de todo el mundo aupaban a Mulholland Drive, de David Lynch, como la mejor película de lo que llevamos de siglo XXI, seguida por In the mood for love, de Wong Kar-wai, Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson, El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki, y Boyhood, de Richard Linktaler.

La lista levantó pronto -para eso están las listas- rechazos, controversias y contra-listas, con argumentos variopintos que cuestionaban, en buena lógica, las propias películas, tendencias, nacionalidades, formatos y autores incluidos, o que ponían el acento en la sobreabundancia de varones, anglosajones, blancos y de medios masivos y generalistas entre los encuestados. El artículo (y la propia lista) del argentino Roger Koza publicado unos meses después en su blog Con los ojos abiertos podría ser un buen ejemplo de una interesante crítica de la crítica y de una verdadera labor de asentamiento de un canon en el que, esta vez sí, aparecían algunos nombres clave del cine del nuevo siglo como Costa, Tarr, Godard, Straub, Garrel, Kiarostami, Apichatpong, Ming Liang, Kaurismaki, Guerin, Alonso o incluso el ruso German (¡!), olvidados por los colegas anglosajones.

Entre las recientes, la lista de Rosenbnaum se antoja como la más interesante y sensata

Se me antoja que la principal virtud de estas listas es coger al personal a pie cambiado, salir cuando menos se la espera (agosto de 2016, junio de 2017), rellenar un vacío informativo para crear uno de esos debates artificiales y algo estériles que, más que servir a la configuración argumentada de un nuevo canon cinéfilo, funcionan como un ventilador de clicks impulsado por las redes sociales y el contagio viral.

Sea como fuere, el prestigioso diario The New York Times y sus dos críticos cinematográficos de cabecera, Manhola Dargis y A.O. Scott, se adelantaban a sus competidores y daban la primera patada a seguir de este 2017, a principios de junio, cuando se publicaba su lista particular con las 25 mejores películas (so far) de lo que va de siglo.

De nuevo encontramos pocas sorpresas, si acaso algunos cambios de orden y un espíritu de globalización oficial que ensancha el planeta autorial sin salirnos de la ficción sancionada por los grandes festivales y circuitos de exhibición. Ahí estaban, de nuevo, Pozos de ambición (la primera), El viaje de Chihiro, Million Dollar Baby, de Eastwood, Un toque de violencia, del chino Zhangke, La muerte del señor Lazarescu, del rumano Puiu, Yi-Yi, de Yang, Del revés, la cinta de animación de Pixar, Boyhood, Las horas del verano, de Assayas, En tierra hostil, de Bigelow, Inside Lewyn Davis, de los Coen, Timbuktú, del malí Sissako, el documental de Wisseman In Jackson Heights, El niño, de los Dardenne, Una mujer en África, de Denis, Munich, de Spielberg, Three Times, de Hsiao-Hsien, Los espigadores y la espigadora, de Varda, Mad Max: Fury Road, de Miller, Moonlight, de Jenkins, Wendy and Lucy, de Reichardt, I'm not there, de Haynes, Luz silenciosa, de Reygadas, Olvídate de mí, de Gondry, y la desternillante comedia Virgen a los 40, de Judd Apatow.

Todo un alarde de consenso y equilibrismo entre el peso y la centralidad de Hollywood, sus alrededores indies, la vieja Europa realista, un necesario toque de posmodernidad y los focos periféricos claramente identificados por sus grandes autores.

Ni tres días tardó The New Yorker en publicar una contra-lista de agravios y puntualizaciones. Richard Brody matizaba la subjetividad de la suya frente al carácter sancionador y algo grandilocuente del principal diario neoyorquino. Así, sus 25 títulos son una amalgama, siempre observada desde el foco estadounidense, de variaciones sobre el canon anterior: por ahí siguen Godard, aunque con Elogio del amor, Varda, aunque con Las playas de Agnès, Eastwood, aunque con El francotirador, o Apatow, aunque con Hazme reír; por ahí alegra ver a Lanzmann (El último de los justos), Davies (Una pasión singular), Kiarostami (Like someone in love), o Sang-so (Una mujer en la playa). Más previsibles y à la mode resultan las presencias de Anderson (Viaje a Darjeling), fetiche de los tiempos, Coppola (Somewhere) o Carax (Holy Motors), cuando no directamente boutades y películas menores como Little Sister, Viktoria, Hamilton o Chi-Raq.

Mucho más interesante, ancha y sensata me parece la última lista de esta particular competición veraniega. Desde su web, el influyente Jonathan Rosenbaum publicó una lista de 25 sin otro orden que el alfabético (en inglés), y que va como sigue: Inteligencia artificial (Spielberg), Bernie (Linklater), Copia certificada (Kiarostami), El círculo (Panahi), The clock (Marclay), Corpus Callosum (Snow), The Day I Became a Woman (Meshkini), Là-bas (Akerman), Abajo el amor (Reed), Adiós al lenguaje (Godard), Caballo dinero (Costa), El castillo ambulante (Miyazaki), Inland Empire (Lynch), Los Angeles Plays Itself (Andersen), The Mad Songs of Fernanda Hussein (Gianvito), Operai, Contadini (Straub-Huillet), Paterson (Jarmusch), Pistol Opera (Suzuki), RR (Benning), El silencio antes de Bach (Portabella), El hijo de Saúl (Nemes), The Trap (Curtis), El caballo de Turín (Tarr), The World (Zhang-ke) y Vous n'avez encore rien vu (Resnais).

Sólo por algunas presencias singulares (Portabella, Resnais, Gianvito, Andersen, Benning, Curtis, Akerman, Suzuki) y por el hecho de que haya títulos que no conocemos ni hemos visto (The Clock, Corpus Callosum), la de Jonathan Rosenbaum ya es una lista que, al menos, para empezar, nos sirve para algo.

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