Marta-Cora Castro: “El sueño de una niña de doce años fue que algún día podría hacer La casa de Bernarda Alba”

Este jueves Valderrubio vuelve a acoger dos pases, a las 19:00 y a las 21:00 de, de la película La Casa de Bernarda Alba, dirigida por la cineasta de origen uruguayo afincada en España desde hace casi treinta años

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Marta-Cora Castro es la directora de la última versión de 'La casa de Bernarda Alba'. / G. H.
Daria Zelenska

Granada, 08 de octubre 2025 - 13:32

Pregunta.¿Por qué usted eligió precisamente esta obra para llevarla al cine?

Respuesta. —Nací en Uruguay, de raíces españolas: mi sangre es española. A los 12 años ya bailaba en el Ballet Nacional Uruguayo, estuve en la escuela de danza clásica. Mi debut como bailarina profesional fue en 15 años con Dame Margot Fonteyn en el Ballet Giselle. A los 20 años fui bailarina solista de Ballet Nacional Uruguayo. Pero lo más importante ocurrió a los 12 años, cuando Margarita Xirgu —la musa y amiga de Federico García Lorca— me dirigió en Sueño de una noche de verano en mi Uruguay natal. Ella fue quien llevó La casa de Bernarda Alba al escenario por primera vez, escrita por Lorca especialmente para ella. Desde entonces, yo llevaba en el corazón ese sueño infantil de algún día poder hacer La casa de Bernarda Alba. Y ahora, a mis 82 años, pude cumplirlo. Seguí mi carrera como bailarina clásica: a los 15 años ya estaba en el Ballet Nacional Chileno, en el famoso Ballet Balca de Chile. Bailé con las mejores estrellas de la época, dirigida por grandes maestros europeos. Le he bailado al presidente del Francia Charles de Gaulle en mi Uriguay natal, al presidente de Chile Salvador Allende y en Suecia le baile al primer ministro Olif Palme. También Le he bailado a Vivien Leigh en Uruguay... El destino me fue llevando por distintos países, porque fui bailarina clásica. Finalmente terminé mi carrera en Suecia, donde viví 23 años, también tengo la nacionalidad de Suecia. Allí formé mi propio grupo haciendo 200 funciones al año y giras interminables por el país. Trabajé más de 40 años bailando, aunque también hice teatro y cine. Soy actriz de teatro. A los 72 años hice un Máster de dirección de cine en Málaga, vivo en Fuengirola. Ya sentía el deseo de estar detrás de la cámara. Así es la vida: te va llevando.

P.¿Cómo consiguió filmar en Valderrubio, donde todo empezó?

R. —Tuve la suerte de conocer en Valderrubio a su alcalde, Antonio García Ramos, quien me abrió las puertas desde el primer momento. Justamente cuando lo conocí, había una exposición dedicada a Margarita Xirgu en la Casa de Bernarda Alba. La visité, y vi a unas actrices granadinas haciendo una visita teatralizada. Me pareció tan interesante que pensé: “Me encantaría hacer una película”. Ya era directora de cine. Pero luego vino la pandemia, y todo quedó detenido durante casi tres años. Finalmente, logramos realizar el proyecto. Soy la primera cineasta, a nivel mundial, que ha rodado La casa de Bernarda Alba en el lugar donde se inspiró el gran Federico García Lorca y donde ocurrieron los hechos reales. También filmamos en la casa natal de Lorca. Es un privilegio absoluto y un gran honor.

P.Aunque la película parte de la obra de Lorca, introduce al propio Lorca: adolesente que escucha las voces y peleas de las Alba a través del Pozo medianero, adulto dialogando con Margarita Xirgu, presente en la cama. ¿Fue usted quien propuso esto?

R. —Sí, Federico también está presente en la película, incluso en su dormitorio. El joven Federico escucha las voces de las almas a través del pozo medianero: los gritos, las discusiones… De ahí nació todo. Su tía vivía en la casa que fue colidante con la casa de Bernarda, justo al lado. Él atravesaba el pozo, y de ahí surgió su historia. Ese Federico adolescente se convierte luego en el Federico adulto que empieza a escribir la obra. Pero no voy a contar todo: tienen que verla. La película es una adaptación personal. Quise mantener el espíritu teatral de la obra, pero mezclando teatro y cine, creando una visión distinta. Jugué mucho con las luces, las sombras y el movimiento… una fusión entre ambos lenguajes. Añadí un pequeño prólogo y un cierre, unas pinceladas mías, para hacer otro puente con la gran Margarita Xirgu. El núcleo de la historia es realmente de la historia verdadera. Además, la actriz que interpreta a Margarita también hace el papel de Bernarda Alba. Cambió completamente su enfoque artístico para este doble papel.

P.Si pudiera hablar con Federico, ¿qué le diría sobre esta versión que ha hecho de su obra?

R. — Yo le pedí permiso, de verdad lo hice. Mientras rodábamos los planos en su dormitorio, le dije: “Federico, permíteme, por favor, que un artista entre en tu dormitorio, en tu obra. Yo te conozco y te amo desde que tengo seis años”. Cuando escribí esa parte del guion —místicamente— le pedí permiso a Federico. Y se me cayeron todas las lágrimas, la verdad. Fue muy, muy emocionante escribir la escena donde él aparece en su cama, la verdadera cama de Federico. Me emociona recordar que, durante años, en España se prohibió hablar de él. Cuando estaba en la escuela primaria, nos enseñaban las canciones de Federico García Lorca. Es decir, a mí me enseñaron a amar a Federico García Lorca en Uruguay, donde lo veneramos profundamente. Con seis añitos cantábamos sus versos en el colegio. Yo lo aprendí desde niña, en Uruguay, mi país de raíces españolas. Si tengo algún talento, se lo debo a esa herencia, a España. Recuerdo también lo que Margarita Xirgu contaba: que le dijo a Federico “no regreses a España, todo está muy convulsionado, corres peligro”. Y él respondió: “No, no me va a pasar nada, yo vuelvo”. Todos sabemos lo que pasó. Me queda en el corazón: si Federico se hubiera quedado en mi tierra, y aquí me emociono, hubiéramos tenido mucho más Federico, ¿no? Pero él pensó que no iba a pasar nada.

P.¿Usted es una persona mística?

R.— Todo este lazo que tengo con Margarita y con Federico me ha traído hasta aquí. No soy muy esotérica, pero creo que hay algo… algo que trasciende. Siento que estoy cerrando un círculo. Lo que me emocionaba muchísimo era que, en esa casa, en la de Bernarda Alba, se sentían los ruidos, se sentía la presencia, como si el proyecto cobrara vida dentro de la casa. Entonces, es una película realmente auténtica. Yo quería esas paredes con su hondura, su autoridad… Quería que eso quedara impreso, que el público, el espectador, lo sintiera. Es muy difícil rodar allí, mucho más fácil hacerlo en un set, pero yo quise usar absolutamente todo de esa casa. Entonces, ahí está lo auténtico: lo que se ve es todo de la verdadera Casa de Bernarda Alba.

P.El 4 de octubre se hicieron dos funciones de estreno en Valderrubio. ¿Cómo fue todo?

R.—Muy emocionante. Vino todo el pueblo de Valderrubio. El público se conmovió, se levantó, aplaudió muchísimo y se puso de pie. Porque fue su Lorca. Tuve el honor de recibir, de manos del alcalde Antonio García Ramos, la llave de la Casa de Bernarda Alba como un reconocimiento honorífico. Imagínate la emoción. Un sueño cumplido, ese hilo que me unía a Margarita Xirgu… y, curiosamente, la vida me trajo aquí, a Valderrubio, y pude estrenar La casa de Bernarda Alba justo aquí, donde debía ser. Son cosas del destino.

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