Sé, por experiencias poco agradables, que gran parte de los grupos de investigación que se crean en nuestras universidades, no son si no grupetes de nombres, más o menos afines, que se juntan para cubrir expedientes administrativos, también, más o menos, interesados -aquí, por favor, que se salven los que puedan y los que estén ajenos a este postulados totalmente subjetivo; a ellos se les pide humildemente perdón-. Existen, no cabe la menor duda, honrosas excepciones que dan vida a estos colectivos y a sus proyectos.,

La Facultad de Bellas Artes de Granada se caracteriza por hacer las cosas adecuadamente y dentro de lo que debe ser lo lógico, riguroso y normal. Entre los muchos grupos de trabajo que allí tienen lugar, nos encontramos con el Colectivo HUM 850 Arte y sociedad, compuesto por Paco Lagares, Cristina Jaramillo, Luis Casablanca, Juan Arteta, Alberto Molina, Emilia Sánchez, Valle Galera, Theótima Amo, Mar Garrido, María Dolores Sánchez, Rebeca Morgan y Luisa Sánchez. El Grupo de Investigación presenta en la Casa de los Tiros parte de los resultados de sus proyectos en torno a sistemas mentales y su relación visual con el arte.

Una muestra de muy variada concepción plástica, estética y formal nos sitúa en los amplios postulados de un arte a contracorriente que tiene como protagonista el cuerpo humano y, especialmente, su cabeza. Esta permite a los autores recrear espacios metafóricos donde se formulan teorías visuales que traspasan las propias fronteras de lo que se ilustra y posibilitan el adentrarse por los más diversos juegos estéticos.

Los artistas juegan con las formas, recrean espacios representativos inmediatos que transportan a una realidad mediata y que va mucho más allá de lo que esa realidad ilustra. Tras las cabezas bien pobladas de argumentos -algunos jocosamente representados- el espectador está en posesión de suficientes datos para atreverse a pensar que algo mucho más abierto se cuece dentro de los meros ejercicios estéticos. Lo visual supone un banderín de enganche para que la vista alcance mucho más. Los planteamientos que ilustran esos desarrollos con la cabeza como elemento sustentante nos hacen adentrarnos en un compromiso significativo de mayor dimensión. La sociedad se representa tras las exuberancias compositivas, la identidad del individuo se puede adivinar tras los diversos desenlaces artísticos; existe una intención de transportar hacia esquemas más profundos, allí donde intervienen conceptos más amplios y que nos hacen descubrir episodios inesperados tras los muchos recónditos estamentos de la mente.

El Grupo investigador HUM 850 nos conduce por un arte abierto donde cualquier parecido con lo que se descubre es un mero accidente que posibilita experiencias más apasionantes. La realidad se cuestiona y la ilustración de las cabezas no son nada más que medios y modos para adentrarnos en fórmulas infinitamente más comprometidas.