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La muralla alberzana fue revestida con polvo de huesos

  • La UGR descubre por primera vez el uso de polvo óseo en una construcción musulmana

Un equipo del departamento de Mineralogía de la Universidad de Granada, dirigido por la investigadora Carolina Cardell, ha descubierto por primera vez el uso de polvo de hueso en una construcción musulmana. El hallazgo tuvo lugar durante la intervención de restauración de la muralla alberzana, donde se descubrió "un horno enterrado medio derruido y estratos de 20 centímetros de restos de huesos con distintos grados de calcinación y una capa de diez centímetros de cenizas".

El horno, como explica Cardell, se utilizó para quemar los huesos y añadirlos a la pátina de la muralla, junto con carbonato cálcico, cuarzo y materiales del entorno.

La importancia de la investigación radica en que, como destaca, "se trata de la primera evidencia del uso de este polvo en una construcción musulmana, puesto que hasta ahora sólo era común en las construcciones cristianas medievales o las grecorromanas".

El importante trabajo del equipo ha revelado la temperatura a la que funcionaba el horno (superior a los 1.000 grados, algo inusual para hornear cerámica), y la distribución de los minerales en la muralla, entre los que había hidroxilapatito, un mineral que es el principal componente de los huesos.

La novedosa metodología utilizada -uso de la microdifracción de rayos X y cartografías minerales mediante Microscopía Electrónica de Barrido con microanálisis EDX (SEM-EDX)- será fundamental en otras excavaciones, como destaca Cardell.

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