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La pintura de los sentidos de Víctor López-Jurado

El pintor granadino Víctor López-Jurado Escribano nació en el año 1944 y a muy temprana edad se tuvo que marchar a Málaga para poder continuar sus estudios, ya que Granada no disponía de centros educativos para sordos hasta que en los años 50 la Caja de Ahorros abrió un colegio con estas caracterísiticas. Fue aquí donde empezó a sumergirse en el arte de la pintura. Su hermano aún recuerda cómo desde muy pequeño demostraba su pasión por la pintura. "Comenzó pintando los dibujitos que las monjas le ponían en el colegio", cuenta Tomás López-Jurado. Ya en Madrid, Víctor López opositó para un puesto como restaurador de las pinturas del ejército, donde ha trabajado durante más de 35 años. Pero la pintura ha sido un elemento presente no sólo en su trabajo, sino que también su tiempo libre ha estado lleno de lienzos en blanco a los que les ha imprimido hermosos paisajes andaluces, como olivos o multitud de casa blancas serpenteando por estrechas calles.

Pero también se deja llevar por su rica vida interior y su espiritualidad.La pintura es, para él, un complemento de vida que llega a suplir uno de sus sentidos. "La pintura es una vía de relajación para Víctor, porque siempre está muy atento a todo lo que ocurre a su alrededor y cuando pinta se centra por completo en su obra", explica su hermano. Víctor López-Jurado, que vive en Madrid, ha expuesto en varias ciudades españolas, aunque hasta el próximo domingo se podrá ver una selección de sus obras más recientes en el Tiro Pichón coincidiendo con el campeonato Nacional de tiro de esta modalidad.

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