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La vida de un piojo irreverente llega al festival Tendencias

  • El espectáculo infantil de marionetas se muestra en Salobreña de la mano de Ángel Calvente, creador de obras para adultos y ganador de un premio Max en 2009.

Ángel Calvente irrumpió en el mundo de las marionetas en 1989, rompiendo varias concepciones monolíticas hasta la fecha, al presentar un espectáculo de títeres para adultos. Desde entonces, sus espectáculos, de lenguaje burlón, irreverente y políticamente incorrecto, se han ido sucediendo hasta que, hace unos meses, ganó el Premio Max de teatro, aunque, curiosamente, el correspondiente a mejor espectáculo infantil.

La obra ganadora, La vida de un piojo llamado Matías, es la que se representará hoy en el festival de Nuevas Tendencias de Salobreña, en una actuación en la que hará gala de la técnica de manipulación y construcción de marionetas que le ha dado tanto prestigio.

"Lo que pasa es que después de 20 años en el escenario tenía la necesidad de llegar a un público nuevo", explica Calvente, al hablar sobre el porqué del cambio de enfoque. "Con el público infantil, si le gusta, aplaude, si no le gusta, patea: a ese público no se le engancha pagando una entrada".

Sin embargo, la compañía creada por él, El espejo negro, no ha abandonado la marca que la ha caracterizado, mezcla de humor y crueldad, pues de modo paralelo han estrenado también hace poco una nueva obra, Es-puto Cabaret, presentado por "una marioneta que es travesti, así que ya me dirás".

La tensión entre ambos espectáculos, infantil y adulto, no es tan grande como se podría imaginar; sino que ambos tienen el signo de origen que los delata. Hablando de subversión, por ejemplo, la del piojo "también la tiene, pero de forma velada", aclara el artista. "Ppor ejemplo , en un momento dado, el piojo llama 'nazi' al hombre sobre el que vive, que ha intentado matarlo". Siempre teniendo en cuenta que el destinatario es menor. De hecho, Calvente asegura que eso es lo que más le ha costado, adaptar el lenguaje para que lo entiendas los niños, "sin olvidar los guiños a los papás".

La vida de un piojo llamado Matías está basado en un cuento original de Fernando Aramburu, adaptado por Calvente, aunque de un modo muy suyo: "Lo que defendía a capa y espada es que quería hacer una obra libre, no quería sentirme encorsetado: ahí nace mi piojo Matías"

Calvente, pues, se mantiene fiel al concepto, pero inventando nuevos personajes, como el abuelo, una novia extranjera, y lo que haga falta para "adaptar un cuento que se lee a otro que se ve y se escucha". Así es como este titiritero de la vanguardia intentará que los niños "se introduzcan en una cabeza llena de piojos"

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