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La poética de lo cotidiano

Lugar: Teatro Alhambra. Fecha: miércoles 30 de noviembre de 2011. Aforo: lleno.

Empezando por el propio Antonio Luque, todos, desde los músicos hasta los cerca de 300 fans que llenaban las butacas del Teatro Alhambra, se congratulaban de que por fin la música indolente del Sr. Chinarro sonara al máximo de sus posibilidades, con toda la fuerza y el poderío que una verdadera banda es capaz de extraerle a sus composiciones. Es verdad que le ha costado cerca de veinte años, toda una carrera que estuvo a esto de quedar inconclusa por mor de su falta de ambición, pero nunca es tarde... si la secta es buena, como dijo Jordi Gil en mitad de una de las peroratas de Luque, cuando barruntaba en voz alta que tal vez tenía que haber montado una secta en lugar de un grupo de rock.

A tenor del tiempo que le ha llevado reunir a tres músicos merecedores de tal nombre, es dudoso que hubiera alcanzado el éxito al frente de una. Afortunadamente para la independencia española se decantó por lo segundo. Venía presentando su último trabajo, Presidente (Mushroom Pillow, 2011), del que se ha dicho que era su obra más optimista y luminosa hasta la fecha, además de la de mejores arreglos. Sea cierto o no, Antonio Luque, siempre a contracorriente, barba y melena mediante, luce ahora una imagen más bohemia que en sus comienzos, cuando su pulcro aspecto lo convertía en una rara avis dentro del incipiente indie nacional. Precisamente ahora que se postula para la presidencia es cuando decide ir en contra de todas las convenciones de los asesores de imagen. Así es Sr. Chinarro. Con la solvencia de Pablo Cabra a la batería y de Javi Vega al bajo, ambos miembros de sus paisanos Maga, más la versatilidad a la guitarra de Jordi Gil, ese inquieto músico y productor también conocido como Gil Spector, los temas se presentan redondos, pletóricos y llenos de energía. Y con ese rotundo ropaje suenan como nunca hasta ahora habían logrado hacerlo. Tanto los nuevos como los más antiguos. Y unos ensamblan con los otros sin fisuras.

De Presidente escogieron Una llamada a la acción, Boxeo, Vacaciones en el mar, San Borondón, Una frase socorrida, Un final feliz... Y mezclados con algunos de los de su precedente, el magnífico Ronroneando como Los amores reñidos, Los Ángeles o Tímidos, todos suenan a clásicos chinarrescos, esas estampas que muestran su consabida capacidad para hacer poética de lo cotidiano. Y encima la ocasión sirvió para descubrir a los teloneros Pinocho Detective, un trío también sevillano que con un pop minimalista y de contados aunque intrincados recursos logra tener voz propia. Habrá que estar atento.

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