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Un premio Nobel en zapatillas

  • El científico canadiense destaca el valor de los museos de ciencia para fomentar vocaciones

El Nobel de Química en 1992 Rudolph A. Marcus visitó ayer el Parque de las Ciencias. Un espacio que valora como muy importante para el "fomento de vocaciones científicas", al tiempo que defiende la comunicación de la ciencia como el mejor camino para que la sociedad se implique y respalde el avance de la investigación. El científico canadiense se marchó "impresionado por el proyecto y su la capacidad del museo para enseñar tantos conceptos científicos de una forma sencilla y entretenida.

Por otro lado, Marcus destaca que la mejor forma de aprender es a través de la experimentación y ese es precisamente el método que utilizan los museos interactivos de ciencia. También anima a los más jóvenes a que investiguen porque "no hay nada más maravilloso que descubrir cosas nuevas por uno mismo".

El profesor Marcus visitó el Pabellón Viaje al Cuerpo y prestó atención al Laboratorio de Plastinación, interesándose por la forma en la que el Parque de las Ciencias trabaja esta técnica ante la mirada del público.

El Premio Nobel defiende la importancia de que los investigadores divulguen sus resultados a todos los públicos y alaba la existencia de espacios que como el Parque de las Ciencias facilitan el diálogo entre científicos y ciudadanos.

Rudloph A. Marcus recibió el Premio Nobel de Química en 1992 por su contribución a la Teoría de las reacciones de transferencia electrónica de los sistemas químicos. Este campo, como él mismo explicó durante un discurso en la Universidad Politécnica de Valencia en 1999, "es el de transferencia de una partícula elemental, un electrón, de una molécula (donante) a otra (receptor). La transferencia puede ocurrir en un líquido, en una membrana biológica, o en un sólido. Esta transferencia de electrón provoca el cambio de la naturaleza química tanto del donante como del receptor, y está ampliamente presente tanto en la naturaleza como en los dispositivos artificiales. Esa transferencia participa en un paso importante en el ciclo por el que las plantas usan la energía solar produciendo oxígeno a partir de dióxido de carbono y agua. Juega un papel en la respiración de los humanos y otros seres vivos, y también en otros muchos procesos tales como la corrosión de metales, la emisión de luz por luciérnagas o a través de lightsticks químicos, en el funcionamiento de baterías de coches, e incluso proporciona el color a algunas piedras preciosas".

El Nobel, que impartió ayer la conferencia Ventures in Science, Theory and Experiment en la Universidad de Granada, tiene diez títulos de Doctor Honoris Causa de universidades estadounidenses, canadienses, europeas y japonesas.

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