Raúl Ruiz: “Las mujeres siempre han trabajado y su labor debe ser reconocida”
El historiador granadino, investigador en el ámbito del estudio de género y trabajo en la Edad Moderna, suma su aportación a un volumen editado por Silex que se presentará en Granada en las próximas semanas
Los Archivos Histórico Provincial y de la Real Chancillería de Granada promueven el ciclo 'El valor de las fuentes'
La editorial Sílex acaba de publicar Mujeres, género y trabajo en la Edad Moderna, un volumen colectivo editado por Margarita M. Birriel Salcedo e Inmaculada Arias de Saavedra en el que 18 especialistas analizan la presencia histórica de las mujeres en la economía y la sociedad andaluzas, desmontando viejos mitos. El libro se presentará en las próximas semanas por María Ángeles Gálvez Ruiz, profesora de la Universidad de Granada. Entre sus aportaciones se encuentra la investigación de Raúl Ruiz Álvarez, el granadino es actualmente profesor de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Cádiz, quien estudia junto a Margarita M. Birriel las actividades económicas de las mujeres en las provincias de Granada y Almería, mostrando cómo su trabajo ha estado siempre presente en todos los ámbitos de la vida económica y social, aunque a menudo haya quedado silenciado en la historiografía.
Pregunta.–¿Qué los inspiró a investigar específicamente el trabajo de las mujeres en la Andalucía moderna?
Respuesta.-Era un campo por explorar, lleno de estereotipos. En la historia, las mujeres han trabajado siempre: en lo productivo y en lo reproductivo, en tareas remuneradas y no remuneradas. Sin embargo, el sistema patriarcal y una forma de hacer historia borraron esa realidad de los manuales. Aún hoy, en la enseñanza se sigue diciendo que la incorporación de la mujer al mercado laboral es algo contemporáneo, cuando sabemos que en todas las sociedades del pasado han trabajado mujeres, y también niños, dentro de unidades domésticas que fueron clave para entender la organización económica y la vida cotidiana. Con esta perspectiva, las profesoras de la Universidad de Granada Margarita M. Birriel Salcedo e Inmaculada Arias de Saavedra Alías lideraron este proyecto, que no solo ofrece una mirada amplia sobre el tema, sino que también ha sido un espacio de formación para jóvenes investigadores. Desde los años 80 la historiografía feminista viene estudiando los trabajos de las mujeres en la época moderna y contemporánea, y aunque en Andalucía había pocos estudios, algunos ya existían. Ahora contamos con una recopilación bibliográfica detallada que traza un primer mapa. Y lo más importante: sabemos que aún queda mucho por hacer.
P. –¿Qué capítulo escribe?
R.-He trabajado junto con Margarita M. Birriel en los capítulos dedicados a las actuales provincias de Granada y de Almería. En Granada partíamos de noticias dispersas y de una historiografía que apenas había preguntado cómo el género estructuraba el trabajo. Lo que hemos hecho es reunir esa información y comprobar que las mujeres estuvieron presentes en una amplia gama de actividades, desde lo más manual hasta lo gerencial, dentro y fuera del hogar. Las fuentes son numerosas —padrones, catastros, ordenanzas, protocolos notariales, documentación judicial— y cruzarlas nos ha permitido ir más allá de los oficios formalizados para ver también los trabajos domésticos, de autoconsumo y de mercado, casi siempre invisibles. El panorama que ofrecemos es un primer mapa de los trabajos femeninos entre 1450 y 1808: sabemos que las mujeres siempre trabajaron, en oficios diversos y en condiciones muy distintas, pero también señalamos lo que falta por investigar —gremios, comercio, abasto, reproducción social, relación entre trabajo y propiedad—. En definitiva, hemos abierto un punto de partida imprescindible para futuros estudios sobre género y trabajo en la provincia de Granada.
P.–¿Y sobre Almería?
R. –En la Edad Moderna, Almería formaba parte del reino de Granada, que incluía también los territorios de las actuales provincias de Granada, Málaga y algunas localidades de Cádiz y Jaén, ya que la división provincial tal como la entendemos hoy no existía. Almería, sin embargo, presentaba dinámicas algo distintas, más ligadas al levante, aunque igualmente rurales. La Alpujarra oriental, por ejemplo, mantuvo durante siglos una fuerte vinculación con la producción de seda y otros textiles, donde trabajaban cientos de mujeres en el hilado. El Catastro de Ensenada de Laujar de Andarax llegó a registrar más de 300 hilanderas, lo que da una idea del peso femenino en la economía local. También fueron importantes el esparto y la lana, así como las fábricas laneras de Vélez Rubio y Laujar, con una clara división del trabajo: los hombres al telar, las mujeres en las hilazas. Hemos analizado también el servicio doméstico, las profesiones sanitarias, la gestión de la tierra, etc. Y encontramos casos muy significativos de mujeres que desempeñaron papeles en la industria, como doña Francisca Chacón, que en 1579 asumió la explotación de las minas de alumbre de Rodalquilar, gestionando un patrimonio enorme y negociando directamente con comerciantes de Granada, Madrid y Génova. Un caso paradigmático que yo mismo estudié con detalle en mi tesis doctoral es el de María Teresa Gnecco: gestora de un patrimonio considerable, dirigió un ingenio en Adra, ejerció de prestamista en el Valle de Lecrín y llegó incluso a gestionar una cabaña de mulos para el transporte en la ciudad de Granada. Ejemplos como el suyo muestran que las mujeres podían ocupar un papel central no solo en la economía doméstica, sino también en la empresarial y en las redes de crédito. En definitiva, las mujeres de Almería trabajaban tanto en el medio rural como en el urbano, en actividades mucho más diversas de lo que solemos imaginar.
P.–Si tuviera que resumir en una frase la importancia de este libro para el público general, ¿cuál sería?
R.–Las mujeres siempre han trabajado, y sin ellas no se puede entender la historia.
P. –¿Está satisfecho de este proyecto?
R.–Ha sido un trabajo lento y meticuloso, con una cantidad enorme de información muy diversa y dispersa, y por eso estamos realmente satisfechas con el resultado. Han sido años intensos y de mucho esfuerzo. Los frutos no deben medirse en términos cuantitativos —porque las humanidades y las ciencias sociales no funcionan con esos parámetros, por mucho que algunos se empeñen—, sino en términos cualitativos. Y en ese sentido, el aprendizaje ha sido incalculable y la aportación de gran valor. Los resultados están ahí: hemos generado conocimiento nuevo, hemos trazado caminos para futuras investigaciones y, sobre todo, hemos conseguido una transferencia real a la sociedad. Conviene recordar que evaluar las humanidades con criterios puramente productivistas conduce a cifras vacías; lo importante es la riqueza del conocimiento que se construye y la huella que deja.
P.–¿Hubo algo en la historia o en algún pacto histórico que le sorprendiera especialmente, que cambiara su perspectiva académica o histórica, o que le emocionara particularmente?
R.–Lo que más me sorprendió fue comprobar hasta qué punto las mujeres estaban presentes en todos los ámbitos de la vida económica y, sin embargo, habían quedado borradas del relato histórico. Comprobar cómo los datos estaban ahí, pero no se habían formulado las preguntas, como si no existiesen o no tuviesen nada que decir. Como bien recuerda Ofelia Rey, no se trata de descubrirlas —porque siempre han estado ahí—, sino de aprender a leer las fuentes de otra manera. Y en ese proceso, adentrarme en las metodologías ha sido apasionante: la propuesta de Maria Ågren con la metodología del verbo, que nos invita a fijarnos en lo que hacen las mujeres y no solo en cómo las clasificamos; la mirada a la pareja de trabajo y las unidades domésticas de producción, donde no podemos entender el trabajo de las mujeres como complementario al del varón, sino como parte de un engranaje en el que todos —mujeres, varones y niños— se complementaban mutuamente para sostener la economía familiar; y la constatación de la pluriactividad, porque los hogares combinaban muchas tareas aunque la documentación intentara reducirlo todo a una sola.
Temas relacionados
No hay comentarios