Reseña | 'De la renuncia de José Gutiérrez' de Sultana Wahnón

Poesía y experiencia

  • En el volumen 'De la renuncia de José Gutiérrez' (Alhulia), la profesora Sultana Wahnón hace un análisis concienzudo de la obra del autor granadino y explica el origen del título de aquel poemario

Una imagen del poeta José Gutiérrez

Una imagen del poeta José Gutiérrez / Carlos Pascual

El libro me esperaba desde hacía un año y pico. Tenía que haberlo leído -quería haberlo leído, quiero decir- a finales del 2019, nada más salir a la calle, pero la agenda del lector está sujeta a mil y un imponderables -las lecturas pendientes aumentan permanentemente, no menguan- y lo fui dejando, y el tiempo fue pasando, tal es su cometido, y sólo ahora he podido darle su oportunidad a De la renuncia de José Gutiérrez (La otra poesía de la experiencia) (Alhulia), un magnífico ensayo de Sultana Wahnón, que, según advierte la autora en sus primerísimas líneas, "no trata solo sobre el poemario titulado De la renuncia, sino sobre el motivo que le dio nombre: la renuncia de José Gutiérrez".

Recordemos a los lectores que el susodicho De la renuncia apareció en la editorial Trieste en 1989 y quedó finalista para el Premio Nacional de Poesía; el poemario fue traducido en Francia y reeditado por la editorial Polibea dos décadas más tarde, en 2010, dándose así una interesante paradoja: el libro en el cual el poeta se resignaba a ello se negaba a sucumbir bajo el peso del olvido.

El objetivo de Sultana Wahnón es indagar en la labor poética de José Gutiérrez entre Ofrenda en la memoria (1976), su primer poemario, y el ya referido De la renuncia, que fue el quinto (y durante un tiempo creímos que el último). Hablamos de un período decisivo en nuestra historia reciente, lo que se ha conocido como Transición, que también lo fue en poesía, pues conoció el abandono de las formas crípticas y elitistas de finales de los años 60 (una poesía de invierno, chimenea y biblioteca) a favor de las formas abiertas y democráticas de los años 80 (una poesía de noches, bares y plazas).

Portada del libro de Sultana Wahnon Portada del libro de Sultana Wahnon

Portada del libro de Sultana Wahnon / G. H.

Este recorrido vertiginoso hacia la libertad (las libertades, más bien) generó en poco tiempo unas enormes expectativas y unas no menos grandes frustraciones, que introdujo en los versos de aquellos autores una fuerte sensación de desencanto. En unas declaraciones al periódico Diario 16 de finales de 1982, Gutiérrez confesaba su predilección por una poesía de la experiencia inmediata: "He asimilado el entorno vital que me rodea y fruto de esto han salido los poemas de El don de la derrota, porque al fin y al cabo el poeta es un perdedor". Recordemos que El don de la derrota es el título de la plaquette donde aparecieron en 1981 las primeras composiciones de De la renuncia.

Hubo una poesía de la experiencia anterior a (o al margen de) la poesía de la experiencia oficial. Wahnón se sirve oportunamente del término Generación de la democracia para englobar a todos aquellos nombres tan distintos, con tanto en común, y se vuelca en un análisis que tiene como primer jalón la inhabilitación de un buen puñado de tópicos que han ido depositándose sobre la poesía de José Gutiérrez, formando una costra dura; entre ellos, la militancia en el culteranismo en sus años mozos: el esteticismo de sus primeros poemarios no era tal o no era tanto como para levantar una barrera alrededor: la palabra era un medio, no un fin, ya entonces.

La autora también propone una nueva periodización de su obra, muy atendible; Wahnón señala una primera etapa de juventud y elegíaca, integrada por Ofrenda en la memoria (1976) y El cerco de luz (1978); un período de dudas y búsqueda, conformado por otros dos títulos: Espejo y laberinto (1978) y La armadura de sal (1980); y una etapa de madurez inaugurada por De la renuncia (1989) a la que nosotros podríamos añadir La tempestad serena (2006), que es de todos los suyos el libro más estimado por el poeta, dicho sea de paso.

Una foto de la autora Una foto de la autora

Una foto de la autora / G. H.

¿Qué diferencia estas etapas? El paso del idealismo primero al escepticismo definitivo. En un primer momento, el poeta habría pretendido hacer frente y derrotar al tiempo con esta "navaja cenicienta" que es la palabra, tal como él mismo reconocía en la poética incluida en Espejo y laberinto. En De la renuncia, no obstante, el poeta abandona esta lucha desigual; nada podemos contra el tiempo. En los primeros versos de El derrotado, leemos: "Cerrar así la noche, con unos pocos versos / que el tedio y la tristeza te han dictado, / no debería ser oficio de quien busca / el placer noble de sentir la vida / por encima de todo afán pequeño / y simulado; así este vicio estéril / de la literatura". Unos versos más abajo nos advierten de "lo inútil de toda trascendencia". A pesar de todo, aunque el poeta reconozca la derrota, no hay derrotismo en sus versos. Sorprende la entereza que rige el libro.

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