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Y resulta que era verdad

"Cuánta maravillosa exactitud, / precisa por ser mágica". Los mirlos, los álamos y las cigarras; los otoños y las pérdidas; los veranos y las muchachas que dudan; el frío y los caminos sucesivos de la infancia, en definitiva la "avalancha imparable de la vida" es lo que reúne, lo que cobija y a lo que atiende el poeta Eloy Sánchez Rosillo (Murcia, 1948) en Quién lo diría, su décimo libro de poemas. Cifra redonda con la que hace más compacta y completa, más imprescindible si cabe, una voz que ya ha dicho lo fundamental, porque un poeta aspira a transmitir lo fundamental desde la inquietud, desde la sencillez con la que la vulnerabilidad entiende la vida. Mediante la serenidad desbordada de su madurez, el poeta ha elevado el fluir del tiempo, su transcurso necesario, a momentos que ni el tiempo ni la vida sabrían explicar por sí mismos; como una realidad que sólo es pretexto para una música cercana, para el goce decisivo, para la fidelidad de lo concreto. Y todo esto desde la dificilísima sencillez que sólo unos pocos -tan escasos- pueden llegar a dominar. Rilke decía que nuestro conquistar más verdadero reside en nuestro mirar, y esa es la gran proeza de Sánchez Rosillo, y la gran conquista de la gran poesía, ver "desde lo inalterable de mí mismo / cómo fluye la gracia entre las cosas", de aceptarlas y celebrarlas desde su mismo origen, el tránsito hacia lo sagrado que transparente cualquier verdadero avatar de nuestra existencia: "alguien que está en el mundo y que lo canta / desde un asombro sucesivo y quieto". Después de cerrar este libro extenso y medido, esta intersubjetividad armoniosa, al lector sólo le queda salir ahí fuera a ofrecer su ofrenda a lo que sólo es gratitud; ese milagro cotidiano de saberse vivo, y de sentir desde lo vivo, porque "¿sucede la belleza sin nosotros / o la crean los ojos al mirarla?".

No era justo alejarse mucho del 2015 sin dar su espacio al que seguramente haya sido el mejor libro de ese año, y al que va a costar superar en los que vendrán, libros o años. Mientras tanto, amasarlo, respirarlo, es el placer más hondo de ahora mismo en la poesía. Y dejar así, sin más, que la vida pase.

quién lo diría

Eloy Sánchez Rosillo. Tusquets. Barcelona, 2015. 150 páginas. 14 euros

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