Cuando habla, Saramago parece que escribe. No sobran ni faltan palabras. Ayer lo hizo sobre la felicidad. "Todos la buscamos y hay quien confunde felicidad con riqueza". El Nobel de Literatura visitó Granada junto a su esposa, Pilar del Río, para asistir a la presentación de los proyectos de la fundación que lleva su nombre en Castril y que preside Del Río. Diversos talleres de vidrio, teja árabe y albañilería sirvieron al escritor para reflexionar sobre las pequeñas cosas. "La felicidad no es más que estar en paz consigo mismo, mirarnos y recordar que no hemos hecho demasiado daño a los demás". Para su mujer tuvo palabras de elogio: "Ella no va detrás mía, y ni siquiera al lado, sino delante".
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