Teresa Cardona: "Es más importante la historia en sí que quién coge el hacha y le parte la cabeza al otro"

'A la vista de todos' es el título de la obra sobre la que charlará este miércoles 5 de noviembre a las 20:00 en la estación Alcázar Genil de Granada

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La escritora Teresa Cardona. / G. H.
Alba Higueruelo

Granada, 04 de noviembre 2025 - 12:20

Teresa Cardona es una autora de novela negra española que, en el año 2022, sacó a la luz la primera entrega de la serie de Blecker y Cano, llamada Los dos lados, así como su segunda y tercera entrega, Un bien relativo y La carne del cisne respectivamente, hasta llegar a la cuarta en 2025, A la vista de todos. La carrera de Cardona como escritora comenzó en Francia bajo el pseudónimo de Éric Todenne y junto a Eric Damien, con Un travail à finir y Terres brûlées, protagonizados por el teniente Andrenai. Toda su obra ha recibido el Premio Villanúa Noir en el año 2023. Cardona presentará su última novela, A la vista de todos (Siruela) el próximo miércoles 5 de noviembre a las 20:00 horas en la estación Alcázar Génil ubicada en el metro de Camino de Ronda en el marco del Granada Noir.

Pregunta.-Su última publicación se trata de la cuarta entrega de la serie protagonizada por la teniente Blecker y el brigada Cano, ¿qué pueden esperar los lectores sobre la relación entre estos dos personajes en esta novela?

Respuesta. -Pues ha avanzado muchísimo. La verdad es que todos mis libros se pueden leer por separado, pero yo siempre recomiendo, si alguien no me ha leído nunca, empezar por el principio, por uno de los dos primeros, para ver cómo esa relación avanza con unos seres tan profundamente diferentes como son Blecker y Cano, que ya llevan su cuarto caso juntos y entonces tienen una relación mucho más íntima de amistad. Se cuentan más su vida, participan en la vida del otro y yo creo que además, como se conocen mucho mejor, la forma de trabajo evidentemente ha mejorado mucho porque uno ya sabe lo que el otro pide o cómo lo va a pedir. Saben los dos que se complementan. Así que me gusta mucho avanzar con la relación de Blecker y Cano en las novelas.

P.-¿Ha necesitado una investigación previa a la escritura de esta novela?

R.-Bueno, siempre hago investigaciones. En algunos libros más que en otros, los libros históricos que escribí en Francia necesitaron muchísima investigación histórica, sobre todo el de Tierra quemada. Y después he tenido unos libros que he necesitado ayuda de letrados, como en el libro de La carne del cisne y en Los dos lados también. En este he tenido que investigar sobre todo en cuestiones médicas. Mis antiguos vecinos (una es una fantástica psiquiatra y él es un muy reconocido cardiólogo) me apoyaron ya que sin ellos no hubiese podido escribir el libro.

P.-Relacionado con el proceso de escritura, estando ligado el concepto de mapa con aquellos autores que tienen todas las tramas organizadas; o el de brújula, para aquellos que escriben sin tener un esquema en mente, ¿con cuál se siente más identificada?

R.-Bueno, creo que es verdad que hay mucha gente que cuando empieza a escribir un libro se pone una pizarra gigantesca y ponen como una especie de hoja de ruta, que es lo que otras personas también llaman mapa, y es lo que siguen. Yo la verdad es que nunca lo he hecho. Yo tengo una idea de qué es lo que quiero contar y esa idea es la espina dorsal de mi novela, muchas veces ni siquiera sé cómo va a acabar. Puede que la brújula sí, yo sé a dónde quiero ir, pero no sé ni siquiera por qué camino voy a llegar. Yo al principio no conozco bien a mis personajes, quiero decir, que mis personajes se van desarrollando a medida que van creciendo con el libro, a medida que van viviendo, se empiezan a definir mucho más. Pero yo no tengo un esquema que me dice voy a empezar así y voy a finalizar así. Es más, la mayoría de las veces no sé quién es el asesino hasta los capítulos finales. Yo lo que intento con mis novelas es contar una historia, el quién mate o no mate no me parece tan necesario, sí comprendo que se necesita y yo lo necesito también cuando leo una novela negra, pero si me preguntas por ejemplo de las novelas negras que me han gustado y que me han marcado de verdad, ¿te acuerdas siempre de quién era el asesino o te acuerdas más bien de lo que el escritor te quería contar? Yo creo que hay veces que es más importante la historia en sí que quién coge el hacha y le parte la cabeza al otro.

P.-La novela se divide en dos espacios temporales, el de Maya Vargas situado en el año 1987, y el de Blecker y Cano en el año 2017, ¿le resulta complicado intercalar estos dos espacios?

R.-Bueno, eso sí es una cuestión mecánica. Yo los escribo por separado, entonces tienen una inmensa ventaja, y es que cuando te aburres en un lado, ya sea porque lo has leído demasiadas veces o porque estás demasiado tiempo en la investigación, porque al fin y al cabo la investigación es una cosa bastante seca. Entonces, a mí me resulta muy cómodo volver al pasado y cuando de repente no puedo más con el pasado, vuelvo a los interrogatorios que en ese momento me parecen estupendos. Al final de todo, cuando he terminado de escribir el pasado y cuando he terminado de escribir toda la parte de la investigación de la Guardia Civil, en ese momento los inserto. Tengo que cambiar algunas veces el orden de mis interrogatorios o tengo que cambiar el orden de cuándo se enteran de algo determinado, pero eso es una tarea mecánica, es lo que yo llamo la cocina, que es cuando ya tienes la novela en bruto y te metes en la cocina y es muy divertido, entonces empiezas a intercalar, empiezas a cambiar. Eso es una fase que a mí me divierte mucho de la escritura y entonces además cuando ya les conozco muy bien, porque al final del libro ya te has hecho con los personajes, sabes exactamente cómo son, cómo van a reaccionar y entonces puedes jugar con ellos, los puedes mover muy fácilmente.

P.-Durante el proceso de escritura, ¿cuál ha sido la trama que más ha disfrutado de escribir?

R.-Creo que las disfrutas todas al principio. Al final ya es menos, porque cuando tienes que hacer las correcciones del libro y te has leído el libro veinticinco veces, no hay libro que soporte eso. Aunque sea El asesinato en elOriente Express, que si te lo lees veinticinco veces seguidas, va a llegar un momento en que no soportes a ninguno de los personajes. Lo bueno que tiene el ser escritor es que eres como una especie de olla exprés, estás con una trama que ya la tienes tan vista que al fin y al cabo ya no la quieres, tampoco quieres tus personajes, porque como los has manipulado tantas veces, los has movido tantas veces, cuando terminas de escribir el libro llega un momento que ya no las puedes soportar y entonces hay en el fondo de tu cabeza algo que empuja, una nueva idea, que es una nueva trama. Entonces te enfrentas a esa nueva trama como un niño que abre los regalos el día de Navidad. O sea, la nueva trama es virgen, es pura, es maravillosa, la puedes cambiar, ya que en el libro anterior hay cosas que no puedes cambiar, en cambio en la nueva no, tienes la posibilidad de cambiar. No podría decir cuál es la que más me ha divertido, porque todas me divierten en su momento y después todas en su momento estoy deseando librarme de ellas.

P.-Todos sus libros, incluído este, están escritos en tercera persona, ¿existe alguna razón para ello?

R.-No hay ninguna razón en especial, me lo han preguntado varias veces y no hay ninguna razón especial, a mí me sale escribir así. Puedo escribir capítulos en la primera persona, pero prefiero a un narrador que conoce, que mira desde arriba.

P.-Al escribir anteriormente con novela negra, como son el caso de las tres primeras partes de esta serie, ¿le resulta cada vez más complejo sorprender al lector?

R.-Hombre, yo creo que pasa un poco como con los libros de recetas de cocina, todo está ya inventado. Lo que no se ha inventado es prácticamente increíble, son esos crímenes que yo los llamo el síndrome del "primo australiano", que son esos libros que al final del libro la solución del caso es absolutamente incoherente y resulta que es que el asesino era el primo australiano de la sobrina que se fue a vivir a Australia, del que nunca se ha oído hablar en todo el libro y que de repente aparece y mata, eso no es sorprendente, eso es un timo. Yo creo que los crímenes desde los griegos los hemos visto todos, la cuestión es cómo los cuentas. El lector no se sorprende por el crimen porque hemos visto parricidios, matricidios, hemos visto todo lo que se ha podido hacer es la forma en que lo haces, qué cara le das a tus personajes, así consigues que tus personajes sean únicos, aunque únicos tampoco, porque también todos los personajes los hemos visto, los que hemos leído, la cuestión es que consigues presentar a uno en el que alguien de repente sienta ternura o sienta una emoción o se sienta un poco identificado. Yo he tenido muchas mujeres que han hablado conmigo en los clubs de lectura que me han dicho que se sentían identificadas con Maya, entonces consigues darle a tu figura ese momento actual y le tocas la fibra a alguien. Yo creo que eso es lo que sorprende más que nada, cómo funcionan esos personajes entre sí y cómo se mueven más que dar un susto tremendo, es verdad que hay veces que lo consigues, muchas veces ni siquiera está previsto, pero hay veces que lo consigues.

P.-¿Ha creado algún personaje en esta novela con el que se sienta identificada?

R.Desgraciadamente me siento identificada con todos mis personajes, porque les quiero mucho, ellos crecen conmigo, van avanzando y cada vez estoy más cercana a ellos, por eso cuando llego al final del libro me cuesta muchísimo convertirlos en asesinos y entonces es una relación muy íntima, porque entiendes a tus personajes, sabes por qué han matado, entiendes qué es lo que les ha llevado. La gente no mata normalmente, aparte de los psicópatas que salen en las películas y que de vez en cuando aparecen, eso no es una cosa normal, entonces si tú cuentas la historia del asesino al final le acabas no justificando evidentemente, pero tienes una comprensión y entonces te cuesta convertirle en el malo. Es muy divertido, porque yo a mis personajes, cuando tengo algunos que son favoritos, hay veces que te levantas y escribes y aparece un diálogo o aparece una escena que nunca más la vas a cambiar, que es perfecta, hay capítulos que salen que son perfectos, y esos capítulos les coges cariño y esos personajes también tienen un lugar especial en la mente.

P.-¿Cuál ha sido el personaje psicológicamente más difícil de crear en esta novela?

R.-En esta novela, probablemente el de Maya, psicológicamente a mí me pareció una personalidad muy compleja. Me gusta mucho el personaje de Maya, despierta en mí todo tipo de sentimientos muy conflictivos, me pasa como a estas señoras de los clubes de lectura, que además me encanta porque cada una te da una idea nueva y no hay nada más maravilloso. Me gusta muchísimo el contacto con los lectores, pero me gusta mucho más hacer un club de lectura que presentar un libro, porque en el club de lectura tienes la posibilidad de hablar sobre el libro y la posibilidad de aprender de tus lectores, que mucha veces descubren cosas que tú no sabías, que no habías visto y que resulta que sí que están ahí y que las has ido colando pero que tú no eras consciente de haberlas puesto.

P.-¿Podría contar algo sobre su última novela para que el lector no dude en adentrarse en ella?

R.-Bueno, yo creo que los crímenes tienen la ventaja que son muy "cercanos", pasan en un pueblo pequeño y lo soluciona la Guardia Civil con la ayuda de los habitantes del pueblo. Son unas figuras en las que nos podemos reconocer perfectamente. A mí me divierte mucho cuando estoy con alguien y me dicen, es mi suegra, o yo he conocido a una persona que es exactamente igual, o leí esta descripción y este es mi jefe. Mis libros no son sanguinolentos, a mí no me importa cuando los otros lo hacen, pero los míos no lo son y yo prefiero no hacerlo. Un lector me dijo que los lectores a lo mejor se sienten enfadados porque la novela no es una políciaca, sino un thriller psicológico. Me gusta mucho confrontar al lector con la psicología de mis personajes y hacer que se sienta identificado, hacerle dudar. Son situaciones comunes en las que nos podemos sentir reflejados.

P.-Dejando a un lado esta cuarta entrega, ¿piensa en experimentar con otros géneros?

R.-Muchas veces me tienta la novela histórica porque me gusta mucho la historia, pero desde luego la novela infantil ya no la voy a tocar más. La novela infantil ya ha salido y ya la he tocado. Me divierte la novela negra sobre todo como la veo yo, que es presentar unos conflictos éticos y obligar al lector a enfrentarse a esos conflictos. La ética la lleva tocando la filosofía desde hace siglos, pero tampoco tiene mucho éxito y a mí me interesa llevar estos temas un poco conflictivos al lector, que son temas que me interesan a mí. Muchas veces me dicen que efectivamente he conseguido hacerles dudar y cambiar de parecer.

P.-¿Tiene en mente en qué va a consistir su último proyecto?

R.-Sí, bueno, estoy en ello. Es un poco lo de la olla exprés, ya lo tenía detrás y es lo que te obliga a acabar un libro, el tener el otro ahí detrás que dice quiero salir, quiero salir.

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