Rosa Regás. Escritora

"La trasgresión da felicidad porque se va haciendo camino hacia la libertad"

  • En su último libro 'Amigos para siempre' la escritora recuerda sus años de Universidad. Se matriculó en Filosofía y descubrió un mundo de pensamiento y compromiso.

En la España del tardo franquismo, una joven madre y esposa llamada Rosa Regás toma las riendas de su propia vida matriculándose en la Universidad. Allí descubre un mundo de pensamiento y compromiso que la marcan. Es el argumento de su último libro Amigos para siempre que esta tarde (20 horas) presenta en la Biblioteca de Andalucía. La acompaña Fátima Ruiz, directora de RTVA en Granada.

-¿Qué vamos a encontrar en un libro con un título tan entrañable como 'Amigos para siempre'?

-Me alegro que le parezca entrañable (risas), en él cuento el cambio radical de vida que supuso para mí entrar en la Universidad. Hasta entonces yo era una joven esposa con dos niños que cuidaba de la casa, del marido, de las lentejas y de esas cosas. De repente tomé la decisión de ir a la Universidad y fue conocer otro mundo a pesar de que la Universidad de España en aquel momento estaba muy mediatizada por el franquismo. Aun así era un foco de ideas, de pensamiento a favor y en contra de muchas cosas que no se decían públicamente pero, al menos, las sabíamos.

-Fue toda una trasgresora matriculándose en Filosofía cuando ya estaba casada y con niños pequeños. ¡Y en aquella época!

-El reto fue, sobre todo, compaginar la vida familiar con la laboral y luchar por ser libre de pensamiento y económicamente. Ahora las mujeres se casan más tarde, a los 30 o 35, pero en aquella época nos casábamos a los 18 y a los 22 te encontrabas con varios niños y decías Dios Santo, qué es ésto.

-¿Los amigos que encontró en la Universidad fueron de verdad 'para siempre'?

-Sin duda conocí a las personas más importantes de mi vida y descubrí que había un mundo dedicado a la poesía, al arte, a la literatura, a la edición. Nació mi forma de entender la vida y mi profesión. Fue un momento muy rico culturalmente donde nos poníamos en contra de lo que nos estaban imponiendo y tratábamos de encontrar soluciones. Estábamos llenos de esperanza. Los poetas querían conocer a los arquitectos, los arquitectos a los editores, queríamos quitarnos de encima las normas que la Iglesia católica nos imponía. Empezamos a trasgredir y la trasgresión da mucha felicidad porque se va haciendo un camino hacia la libertad.

-¿Cómo encajó su marido que usted quisiera ser una intelectual?

-Le costó, pero ya me cuidé yo que lo aceptara. Era una persona civilizada.

-¿Su vocación literaria despertó también en la Universidad?

-Ya desde pequeña sabía que un día escribiría. Los jóvenes creen que tienen toda la vida por delante para hacer cosas, y no se dan cuenta que la vida pasa muy rápido. De repente un día dices ¡anda, pero si acabo de cumplir 50 años! Eso me pasó a mí. Me di cuenta que había tenido hijos, había plantado árboles pero aún no había escrito ningún libro y fue cuando me puse a escribir.

-¿Echa la vista atrás y la inunda la nostalgia?

-No soy dada a la nostalgia. Los años universitarios marcaron mi despertar con el compromiso político y social. Aprendí que todo era política. Las personas que dicen a mí la política no me interesa es que han renunciado a la vida porque política es todo. Desde que tus hijos puedan ir a la escuela y tener una buena educación hasta el tema de los refugiados.

-Y usted qué es tan comprometida, ¿qué opina del momento político actual?

-Es un poco triste, estamos condenados a volver a tener gobierno de ultra derecha, un gobierno que está metido en la máxima corrupción y el PSOE que habría podido ayudar no lo ha hecho nada bien. Ha sido muy triste el espectáculo al que hemos asistido el sábado pero también muy alegre, a mí me gustó ver la calle Ferraz llena de militantes, de gente con carteles. Otra cosa es que los barones y la baronesa no les dejen hablar.

-Ha citado a los refugiados. Usted escribió 'Viaje a la luz del Cham', ¿qué siente con la situación por la que atraviesa Siria?

-Es terrible, me encantaron Siria, Irak e Irán, países con sus contradicciones internas y sus dictaduras pero que comparado con la brutalidad que están viviendo en este momento eran gloria. Afganistán, Irak, Siria, Libia, Egipto... en todas partes las guerras del señor Obama y de sus antecesores han sido brutales y no han servido para nada. Y encima ha crecido la oposición y la brutalidad dentro de la propia Europa como reacción. Me parece lamentable que Europa esté calladita, para mí Europa es una gran decepción, mucho más de lo que pueda serlo España. Se extrañan de lo que ha pasado en Inglaterra, del Brexit, la gente que votó es de clase media y obrera, ¿de qué les sirve a ellos tener la Unión Europea? De nada, como no nos sirve de nada a nosotros.

-Se supone que en el siglo XXI el mundo debería ser mejor, ¿no avanzamos?

-Los que tienen el poder no tienen conciencia, son incapaces de ver, sólo quieren poder que se traduce en dinero o en más poder.

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