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Una voz mágica envuelta en un paisaje de leyenda

Detrás de una apariencia frágil y una voz dulce, Innocence es el alma de uno de los espectáculos musicales más arrolladores de cuantos se pueden ver sobre un escenario. Músicos de orquesta sinfónica, una banda de rock y un cuerpo de bailarines son los encargados de crear la "atmósfera mágica y de leyenda" que arropa cada actuación de Innocence que, en su debut discográfico, ha querido rendir homenaje a todas las canciones que han formado parte de su vida.

Están, así, The show must go on y Who wants to live forever de Queen -uno de sus "grupos favoritos"-, Naturaleza muerta de Mecano -el grupo que le "hacía compañía" y le "remitía a sus raíces" cuando vivía en el extranjero-, Lettre a France de Michel Polnareff como un "homenaje desde la nostalgia" a Francia o el Frozen de Madonna, que siempre la ha remitido a una especie de ambiente mágico "a lo Final Fantasy".

Con una sobrada experiencia en el mundo del musical (Grease, La bella y la bestia, Peter Pan, Los Fantásticos, El fantasma de la ópera, Fama, West Side Story...), Innocence está arropada en su salto a la música en solitario por el productor Carlos Marín, su marido y el componente español del grupo Il Divo. "Conoce a la perfección la parte más técnica de la música y, como sabe muy bien cómo soy, siempre consigue sacar lo mejor de mí", afirma.

Para el videoclip de Who wants to live forever, Innocence ha contado con la participación del cineasta Antonio Cuadri, un "excelente profesional y amigo que entendió a la perfección todo el concepto que mueve este trabajo". A la espera del lanzamiento de una edición especial del dico que saldrá a la venta en febrero junto a un DVD, Innocence tiene previsto visitar México y Japón -donde su propuesta ha levantado una gran expectación- e iniciar una gira de actuaciones por teatros y auditorios que destape lo mejor de su esencia.

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