Análisis

Pilar cernuda

Borrón y cuenta nueva; y Casado se va

Lo explicó muy bien González Pons, hombre clave en el nuevo PP, aunque no será secretario general ni coordinador general, sino hombre de la máxima confianza de Feijóo. Lo explicó muy bien: el partido se renovará "sumando y no restando, aquí no sobra nadie".

Borrón y cuenta nueva. El jueves, Feijóo anunció que Cuca Gamarra será la nueva secretaria general y ayer que el coordinador general, número tres de facto, será Elías Bendodo. Tienen varios puntos en común: los dos se enteraron apenas minutos antes de que Feijóo los había elegido como guardia pretoriana; los dos habían apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso que eligió presidente a Casado tras su pacto con Cospedal; los dos proceden de la política no nacional, y cuentan con experiencia sobrada de gestión.

Bendodo. Es el brazo derecho de Juanma Moreno como consejero de Presidencia y bastante más que consejero de Presidencia. Su nombramiento es demostración clara de que en el PP de Feijóo Andalucía va a tener un papel fundamental. Se comprende: quien gana Andalucía tiene muchas papeletas para ganar las generales, y además mucho antes de que Feijóo pensara ser candidato a la Presidencia del PP había establecido unas relación muy estrecha con Moreno. Quien, por cierto, también había apoyado a Soraya en el congreso de Casado. Así se hace la historia. Juanma era, y seguramente sigue siéndolo, amigo personal de Casado, aunque no tanto de García Egea, pero fue de los primeros en dase cuenta de que Casado no llevaba al PP al triunfo.

A punto de abandonar su zona de confort, Feijóo vivió el congreso de Sevilla en un clima de entusiasmo colectivo. Incluso varios de los colaboradores más cercanos a Casado han decidido sumarse a la ola que, para la mayoría de los asistentes, se va a llevar por delante a Pedro Sánchez.

Se sumaban también a otra ola más que se hizo muy presente: la sensación de que Sánchez está temblando ante la posibilidad de que Moreno adelante las elecciones andaluzas. Si lo hace, pillaría al PSOE en su peor momento. Con un candidato en Andalucía que todavía no se ha consolidado, Juan Espadas, y con un presidente del Gobierno que atraviesa el momento más oscuro de su mandato: crisis económica galopante, inflación disparada, recibo energético imposible de pagar y sus coaligados y socios empeñados en exigir que se aprueben iniciativas que espantan el voto de centro y también de gran parte de la izquierda.

Y ya que estamos con Moreno, su entrada en el salón plenario junto a Isabel Ayuso, que más que entrada fue una irrupción con la gente aplaudiendo apoteósicamente en pie, era la foto que define la situación actual del PP: recuperan figuras que no siempre han sido bien tratados por la antigua Génova a pesar de que son líderes per se, como lo es Fejóo. Por el número de votantes que los respaldan, por su gestión en tiempos difíciles, y por el empeño que pusieron en tomar la decisión valiente de emprender el relevo en la cúpula del partido.

Rajoy entró en el plenario junto a Feijóo y fue recibido con gran afecto. El otro ex presidente, Aznar, no pudo acudir en persona por el Covid. También apostó estas semanas por el relevo de Casado, a pesar de que había sido su padrino político. Éste, en un discurso político con tintes emotivos en lo personal, anunció la renuncia de su escaño, que hace prever el abandono de la política. Feijóo, como si estuviera en campaña aunque no tenía rival, hizo un elogio a las políticas del PP que estos años han aplicado sus gobiernos autonómicos. Dijo que es posible bajar impuestos, mantener los servicios públicos y mejorar la inversión cuadrando las cuentas. Moreno insufló ánimos a los asistentes, aunque estaban sobrados de ello, y recordó que tras los congresos de Sevilla el PP había salido ganador.

Es lo que esperan los participantes; es más, creen que el próximo congreso lo celebrarán con Feijóo en La Moncloa.

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