Análisis

Dr. bartolomé beltrán

Cavum y protonterapia

El carcinoma de nasofaringe presenta tasas de curación de entre el 70% y el 90%

El manejo del carcinoma de nasofaringe es claramente multidisciplinar centrado en la combinación de quimioterapia y radioterapia de diversas maneras o secuencias dependiendo del estadiaje del tumor. Es un tumor muy radiosensible y los resultados clínicos son satisfactorios en la mayoría de las ocasiones. La tasa de curación ronda entre el 70 y el 90% produciendo largos supervivientes en la mayoría de las ocasiones. El tratamiento combinado conlleva para los pacientes tratados con técnicas de radioterapia externa convencional con fotones el riesgo de desarrollar toxicidades.

Como afirma la directora gerente del Centro de Protonterapia Quirónsalud en Madrid, Marta Cremades, la mayor dificultad que presenta este tipo de tumor es su localización, centrado en la esfera ORL y rodeado de estructuras normales también muy sensibles a la radioterapia que precisan de técnicas sofisticadas de radioterapia para limitar la dosis depositada en estas estructuras. Los efectos secundarios comunes a corto plazo son la disfagia (molestias al tragar), mucositis (inflamación de la mucosa de la faringe), y xerostomía (disminución de la producción de saliva) que dificulten la deglución y por lo que sea necesario la colocación de sondas nasogástricas o gastrostomías para asegurar la nutrición o ingreso hospitalarios para soporte con nutrición parenteral que puede ocurrir en el 30% de los pacientes tratados.

Las secuelas a largo plazo implican sequedad de las mucosas, menor producción de saliva, problemas dentales o una alimentación deficiente. Una radioterapia externa de precisión con el objetivo de reducir la dosis que las estructuras normales próximas al volumen tumoral a irradiar reciban es crítica en mejorar los resultados en cuanto a calidad de vida.

Debido a que la mayoría de los casos son diagnosticados en fases avanzadas los volúmenes a tratar incluyen la nasofaringe, la base de cráneo y las regiones ganglionares del cuello. La irradiación con haces de protones es una técnica con unas características muy específicas. Permite que, mientras administramos dosis terapéuticas en los tejidos tumorales, los tejidos normales reciban una cantidad menor de irradiación en comparación con una irradiación convencional con haces de fotones, gracias a una característica física conocida como pico de Bragg, en que la energía se concentra en un punto en concreto sin dosis de salida, ya que la mayor parte de la energía se deposita donde está el tumor.

Los pacientes se pueden ver beneficiados de la terapia con haces de protones. Existen estudios comparativos en instituciones pioneras en protonterapia donde las dosis en cavidad oral, faringe, laringe, glándulas parótidas, musculatura deglutoria y esófago se reducen de forma significativa respecto a tratamientos convencionales con haces de fotones, reduciendo así el riesgo de desarrollar complicaciones a nivel de esas estructuras. También se han observado beneficios en cerebro, cerebelo, médula espinal, tronco cerebral, cóclea, vestíbulos del oído, vía óptica, disminuyendo la probabilidad de presentar náuseas, vómitos o problemas de audición o visuales en el futuro. Seguro.

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