El 20 de octubre de 2011 la banda terrorista ETA anunció el cese de su actividad armada. A sus espaldas quedaron cientos de víctimas de atentados, familiares que perdieron a alguien, de heridas y de dolor. Por delante un futuro de paz. Un nuevo horizonte donde los políticos no tengan que mirar en los bajos de sus coches o tengan miedo a entrar en la zona vieja de San Sebastián. Han pasado ocho años desde entonces, y aunque muchas cosas han cambiado, todavía hay un silencio que cuesta romper. Hablar de las heridas, o incluso dar voz a los etarras que se han dado cuenta de todo el daño que hicieron. Jon Sistiaga se ha atrevido a eso, y mucho más. Con una factura impecable y constituyendo un documento periodístico único, ETA, el final del silencio es un documental en siete entregas que ofrece #0, de Movistar+, valiente, histórico, necesario.

Muchos consideran que los terroristas no merecen una segunda oportunidad, que no merecen ni siquiera ser escuchados. No es el caso de Maixabel Lasa, la viuda de Juan Mari Jauregi, que ha dado un paso fundamental en su vida, de la mano de Sistiaga. No sólo ha perdonado a la persona que asesinó a su marido, sino que es capaz de sentarse en la mesa con él y hablar de lo que ocurrió. De aquellos tiempos oscuros de Euskadi de los que hay mucho que decir para poder avanzar hacia un futuro de convivencia. Porque aquellos que apoyaban la violencia son los vecinos, y hay que cruzarse con ellos. Así que hacen falta puentes para que todo avance.

El encuentro entre Ibon Etxezarreta y Maixabel lo han filmado Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas en Zubiak, uno de los capítulos de Eta, el final del silencio. El documental lanza una pregunta al espectador: ¿sería usted capaz de sentarse a comer con el asesino de su marido? Sistiaga es el primero que se moja. "Yo creo que no podría, que no me sentaría. A bote pronto creo que no lo haría... Sabíamos que ya se habían juntado, y conseguimos las entrevistas y les convencimos para que hablaran. Luego les sugerimos que fueran a comer juntos y que hablaran, pero no sabíamos si iban a querer o no".

La miniserie de Movistar+ recuerda también a Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez e Isaías Carrasco, entre otros asesinados, y aborda las segundas oportunidades y el reconocimiento de la culpa. El tándem Sistiaga-Cavanillas entrelaza imágenes oníricas con la crueldad de los atentados de la época más dura de ETA. En la puesta en escena si algo se les puede criticar es el topicazo de la banda sonora: Euskadi es mucho más que el sonido de la txalaparta y el Txoria Txori de Mikel Laboa. Por lo demás, un ejercicio de memoria, de reconciliación, de dignidad.

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