Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Cuidadito con las vinculaciones hipotecarias

Formalizar un préstamo hipotecario supone una importante decisión financiera por la elevada cantidad de dinero que suele conllevar y por el larguísimo periodo de tiempo que va a acompañarnos. Actualmente, se han puesto de moda las hipotecas con tipo de interés bonificado si el cliente contrata a la vez una serie de servicios complementarios. Como al comprar productos no financieros, en muchas ocasiones se termina, alentados por las ofertas, desembolsando una cantidad mayor porque nos encajan otros además de aquél que íbamos buscando. Al llegar luego a casa, sientes que has hecho el primo: lo que querías te ha costado más, ¡los otros no los quieres para nada! Y ahí está la clave, no obnubilarse por las bonificaciones en las hipotecas si no necesitamos esos obligados acompañantes.

Con la ley hipotecaria vigente, los gastos de notaría, registro, gestoría y el IAJD serán por cuenta del banco; sólo la tasación recae en el cliente. Pero lo que esta ley sí les permite es que, para aprobar la operación o mejorar las condiciones en el tipo de interés, exijan el cumplimiento de requisitos adicionales: domiciliar una nómina o recibos, utilizar la tarjeta por un importe mínimo, contratar un plan de pensiones u otro producto de inversión, o lo que puede ser lo más jugoso para la banca: contratar diferentes seguros (de crédito, hogar, vida, coche) con aseguradoras filiales. Así, el coste de la hipoteca queda completamente dependiente de las especificaciones particulares.

Recientemente, la asociación de usuarios de productos financieros, Asufin, ha calculado la diferencia de coste anual que hay al año entre hipotecas bonificadas y sin bonificar en numerosos bancos, y en todos se acaba pagando más al año si uno se pliega a las vinculaciones anexadas. Por poner un ejemplo, un tipo fijo de 1,75% puede quedar en 1%, pero tienes que llevarte a casa un seguro de vida, para cubrir la hipoteca en caso de fallecimiento, por más de 2.500 euros al año, y un servicio de alarma. Evidentemente, la cuota mensual baja algo, pero esta rebaja es mucho menor que el importe de esas dos gracias contratadas.

Conviene, por tanto, conocer en profundidad las condiciones que aceptamos al firmar la hipoteca e informarse sobre cuál es el coste total que resulta de las diferentes posibilidades. Posteriormente, tener serenidad para "comprar" y optar solo por las bonificaciones si realmente necesitamos esos otros productos financieros complementarios. Es más, deberíamos además analizar si son competitivos, esto es, si su precio está en línea con otros similares en el mercado dadas las prestaciones que incluye su clausulado.

Todo esto resulta un trabajo adicional laborioso, y en muchos casos concluirá con que la "rebaja" de interés que nos ofrecen no está compensada. En todo caso, hay que saber que los bancos tienen que suministrar información de las distintas opciones y sus vinculaciones de forma suficiente y con el tiempo de antelación necesario. La ley les obliga a entregar al cliente con carácter previo una Ficha de información personalizada y la escritura debe estar con 3 días de antelación en el notario para que pueda examinarla con calma.

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