Gran discurso el que dio el domingo Maite Magazaurtundúa en Rentería, el pueblo donde se crío. Está en YouTube; no se pierdan los once minutos. Emociona su dignidad y elocuencia. Una jauría abertzale rodeó el mitin de Ciudadanos con insultos y amenazas, en un acoso intolerable.

El cambio más copernicano de la campaña lo ha dado Pablo Iglesias y su galaxia Podemos. Antes rodeado de talento crítico y ahora ahogado en adulación. Pero sobre todo, por su fe de converso en la Constitución. El hombre que denigró el régimen del 78, al considerarlo heredero de la dictadura, se ha caído del caballo en su particular camino a Damasco, de Vallecas a Galapagar, y ha tenido una revelación. La Constitución de la transición le sirve para reclamar una España más justa y social, en impuestos, vivienda, salario mínimo, banca pública o igualdad. Y anda con un breviario citando artículos como si fuesen de la Biblia.

Pero su fervor de converso falla. Pablo Echenique, su secretario de Organización, ha censurado lo que pasó en Rentería, ¡acusando a las víctimas!: "Ciudadanos es un partido marginal en Euskadi y Rivera lo sabe. No va a Errentería a conseguir los votos. Va a incendiar la convivencia entre los diferentes pueblos de España a ver si así rebaña votos de odio en otros territorios". Maite Pagaza le ha contestado de manera seca: es como cuando a las mujeres víctimas de acoso les dicen que si llevan minifalda van provocando. Lo de Echenique no es un lapsus, sino doctrina. Otra podemita, Ione Belarra, repitió ayer que Cs fue a Rentería a incendiar la convivencia. Por decirlo con palabras de Maite: vergüenza les debería de dar.

En el aniversario de la II República, Pagaza dijo que su fecha de referencia no es Covadonga, ni las identidades nacionalistas históricas. Tampoco el 14 de abril, sino el 6 de diciembre, el día de la Constitución.