Análisis

javier hernández

Psicólogo deportivo

ÉXITO, FRACASO Y EL PODER DE LO RELATIVO

En la vida diaria no cabe duda que la mente humana es clave en muchos aspectos. En cambio, en otros, si la dejamos actuar a su aire dista mucho de ser nuestra mejor aliada. Facilitarnos (ahorrando energías) nuestra manera de pensar y de ver la vida es una de esas actuaciones que, por ejemplo, nos lanza a crear historias y aportar juicios de valor, los cuales se alejan mucho de la realidad (y aunque fueran reales sería imposible saberlo de antemano), pero como suenan tan bien en nuestra cabeza es con lo que nos sentimos más cómodos. Por eso cuesta tanto salir de ahí y aprender a relativizar, utilizando un pensamiento más crítico. Dos casos comunes de estos 'trucos mentales' se encuentran en el éxito y el fracaso. Son claros ejemplos de términos con los que siempre se ha tenido una tendencia (demasiado grande) a generalizar, lo cual conlleva atribuirles un significado o una traducción que muchas veces no es acertada. Históricamente, los hemos situado en dos delgadas líneas, cada una dibujada en función de lo considerado, bien como una vida exitosa o por el otro lado, una condenada a ser tachado como un fracasado. Afortunadamente y gracias en gran parte a la globalización de la última década, el plano del éxito y del fracaso se está viendo expandido. Podemos considerarlo como un progreso, ya que ahora tenemos muchísimas más posibilidades de llegar y conseguir lo que antes no podíamos. Pero ¿realmente la damos el enfoque que deberíamos? La cuestión está en, si ante este abanico de posibilidades, nos fijamos en dónde queremos llegar nosotros en vez de en dónde está esa persona que nos parece tan exitosa. Siempre hay que tener modelos y ejemplos de conducta ya que facilitan el camino. Pero eso no significa que compartan nuestro mismo concepto de éxito y de fracaso. Por tanto, no necesitamos saberlos definir, eso siempre cambia. Lo que si necesitamos es introducirlos en nuestra vida de tal manera que sepamos en cada momento a dónde nos dirigimos. Es decir, enfocarnos en lo que hay dentro para conseguir lo que hay fuera. relativizar no es restar importancia sino darle significado.

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