Terminé de ver el documental de Imprescindibles dedicado a Eugenio Jofra con el corazón encogido. Como si hubiese visto en historia excepcional. Que me percutió. En la que me sentí completamente concernido, y que captó mi atención desde el primer minuto hasta el último, hasta el punto de quedarme con ganas de haber disfrutado de la versión cinematográfica, la que se estrenó en salas hace un año, que debía durar más (muchos de estos documentales participados por las televisiones cuentan con dos versiones).

Hay documentales y documentales. Hay quienes menosprecian los destinados a la pequeña pantalla. Les acusan de que 'son demasiado televisivos', a la manera en que tildan una película pulcra y formalmente impecable como telefilme. La nueva de Amenábar es un ejemplo. Sin embargo, lo importante es que unos y otros, tanto las historias de no ficción como la ficción, cumplan con el contrato establecido con el público. Que nos garanticen lo que prometen. Y por añadidura, den todavía un poco más. Es lo que ha hecho Amenábar con su atrevida propuesta y es lo que brindan los directores del documental sobre el humorista: Xavier Baig, Jordi Rovira y Òscar Moreno.

Eugenio, blanco o negroes una pieza perfecta por su estructura narrativa, por su guion y su magnífica edición, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Cuántos relatos de ficción querrían contar con tanto intríngulis. La decisión de fragmentar el relato en capítulos nos invita a inmiscuirnos en esta biografía con tintes novelescos. Logró reunir a más de 600.000 fieles, un éxito para Imprescindibles. Para no restar ni un ápice de su interés a los que todavía no la han gozado, no destriparemos ni uno sólo de sus giros. Que la disfruten.

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